Puntos Clave:
- Cerca de 100.000 manifestantes participaron en un llamado a la rendición de cuentas y la transparencia de los/as funcionarios/as gubernamentales, tras acusaciones de corrupción.
- Los/as manifestantes incluían líderes metodistas unidos/as, representantes de grupos de la sociedad civil y organizaciones juveniles, así como otros/as ciudadanos/as preocupados/as.
- Los/as organizadores/as exigieron la devolución de los fondos robados y un mayor acceso público a los contratos gubernamentales, junto con otras medidas para una mayor transparencia.
Los/as metodistas unidos/as filipinos/as se unieron a unos/as 100.000 manifestantes en la Marcha del Billón de Pesos, un llamado a la rendición de cuentas y la transparencia en medio de acusaciones de corrupción a gran escala que involucra a funcionarios/as del gobierno.
Los/as manifestantes se congregaron el 21 de septiembre en el Parque Rizal de Manila y en el Monumento al Poder Popular de EDSA en Ciudad Quezón para la multitudinaria marcha. Los/as organizadores/as informaron de más de 50.000 manifestantes en EDSA y unos/as 45.000 en el Parque Rizal. Los/as manifestantes portaban pancartas y carteles exigiendo el fin de la corrupción.
El Obispo emérito Rodolfo A. Juan, junto con otros clérigos y sacerdotes ecuménicos en el escenario, instó a los/as participantes a buscar la rectitud y la justicia, y calificó la protesta como "una muestra de unidad entre iglesias y denominaciones" para enfrentar el mal sistémico.
La diaconisa metodista unida Norma P. Dollaga a la izquierda y la Revda. Lizette Tapia-Raquel, decana del Seminario Teológico de la Unión sostienen un cartel que dice: "¡Acabemos con la dinastía política! ¡Asuman la responsabilidad!" durante una manifestación de protesta el 21 de septiembre en Filipinas. Foto cortesía de la Revda. Lizette Tapia-Raquel.
El Rev. Resurrección Abellano, clérigo de Nueva Écija Sur, Filipinas describió la manifestación como un acto moral, afirmando que los/as cristianos/as están llamados/as a resistir la corrupción y defender la verdad.
Melvin S. Domingo, secretario de la conferencia del Suroeste de Filipinas dijo que la manifestación fue "pacífica pero ensordecedora" y afirmó que ante escándalos como los proyectos anómalos de control de inundaciones que se han convertido en un punto de inflexión para la ira popular, la iglesia no puede permanecer en silencio. "Si guardamos silencio permitimos que el mal, la corrupción y el opresor prosperen".
Alvin Paul Azurin, laico y consultor de tecnología de la información, calificó la manifestación como "una muestra firme y pacífica de unidad", señalando que la corrupción priva a las personas de alimentos, medicinas y educación. Enfatizó que la iglesia no solo debe orar sino también "alzar la voz contra la corrupción y apoyar a quienes más la sufren".
La diaconisa Blessy Grace De Leon, directora de comunicaciones del Área Episcopal de Manila de La Iglesia Metodista Unida, enfatizó que las comunidades religiosas nunca deben permanecer en silencio ante la injusticia: “La iglesia tiene un papel vital no solo en la formación de convicciones morales sino también en impulsar a nuestra llamada ‘nación cristiana’ a encarnar el Evangelio de maneras inspiradoras y liberadoras. La gente expresó su esperanza mediante la ira y el lamento, y no ignoramos esta rabia pues nace de una profunda frustración por el liderazgo fallido, pero también de la tenaz esperanza de que el cambio aún es posible”.
La diaconisa Rubie Joy Alarcon, encargada de la residencia universitaria en Harris Memorial College y diaconisa residente, dijo que se sintió impulsada a actuar: “Sentí como si Dios me llamara, su voz clara y potente en el clamor de su pueblo que anhelaba justicia. Como filipina y metodista, sabía en mi corazón que si no respondo yo, ¿quién lo hará?”
El Obispo filipino jubilado Rodolfo A. Juan, en primer plano, habla ante una gran multitud de manifestantes durante la Marcha del Billón de Pesos en el Monumento al Poder Popular de EDSA en Ciudad Quezón, Filipinas. Instó a los/as participantes a buscar la rectitud y la justicia. Foto cortesía de Blessy Grace De Leon.
Entre los/as manifestantes también se encontraba la diaconisa metodista unida Norma Dollaga, defensora de la justicia social desde hace mucho tiempo y ganadora del Premio Mundial de la Paz Metodista. Dollaga dijo: "La corrupción mata y destruye el presente y el futuro de los/as jóvenes. Protestar es una respuesta lógica". También enfatizó la importancia del 21 de septiembre, tanto como un recuerdo de la ley marcial como una advertencia de que el saqueo sistémico debe terminar. La ley marcial se declaró en esa fecha en 1972.
La Revda. Lizette Tapia-Raquel, decana del Seminario Teológico de la Unión, calificó la manifestación como un "poderoso símbolo de unidad” y dijo: “Esta es la voz del pueblo filipino. No recibimos lo que merecemos, recibimos lo que exigimos”.
La diaconisa Carmi Erika Bumanlag, directora ejecutiva del Centro Memorial Asuncion Perez Inc. describió la protesta como un “despertar”, afirmando que reavivó la esperanza para la próxima generación y demostró que el empoderamiento reside en el pueblo.
La diaconisa Blessy Grace De Leon al centro, directora de comunicaciones del Área Episcopal de Manila de La Iglesia Metodista Unida, actuó como moderadora mientras líderes religiosos/as de diferentes confesiones hablaban ante una multitud reunida en Ciudad Quezón para protestar contra la corrupción gubernamental en Filipinas. Foto cortesía de Blessy Grace De Leon.
Grupos de la sociedad civil, organizaciones juveniles y líderes religiosos/as se unieron a la ciudadanía para exigir responsabilidades. La indignación pública se intensificó tras revelarse que los contratistas de construcción Sarah y Pacifico Discaya, quienes obtuvieron contratos para el control de inundaciones, exhibieron autos de lujo importados.
“Nos oponemos firmemente al soborno y toda forma de corrupción” declaró la Revda. Glofie Baluntong, directora ejecutiva de la Junta de Iglesia y Sociedad de la Conferencia Central de Filipinas.
“Se nos anima a expresarlo a través de nuestra vida diaria, nuestras sesiones de estudio, nuestras liturgias e incluso en actos públicos. El silencio no es nuestra opción y como forma de dar testimonio de nuestra fe y de Jesucristo, se nos anima a salir y hacer oír nuestra voz. Que nuestra voz sea la hable por quienes no tienen voz, porque somos metodistas unidos/as” añadió.
Los/as organizadores/as publicaron una lista de demandas, que incluía la devolución de los fondos robados, la abolición de los fondos de beneficencia y los fondos confidenciales (dinero público utilizado por el gobierno sin estar sujeto al escrutinio público), la divulgación obligatoria de las declaraciones de activos, pasivos y patrimonio neto de una persona con exenciones del secreto bancario, el acceso público a los contratos y pliegos de licitación, la eliminación de las "inserciones" del Congreso en el presupuesto nacional y el fin de las dinastías políticas.
Dos días antes de la marcha el Colegio de Obispos/as de Filipinas emitió un comunicado denunciando la corrupción y llamando a los/as metodistas unidos a actuar.
“Es innegablemente evidente que la corrupción ha estado profundamente arraigada en la estructura de la gobernanza, estrechamente ligada a los intereses empresariales durante décadas. Esto ha privado a nuestra gente de los servicios sociales que les corresponden por derecho” declararon los/as obispos/as.
Los/as obispos/as enfatizaron la importancia de cuidar a los/as pobres: “Que la justa indignación despierte nuestra compasión por los/as pobres, quienes siguen siendo los/as más cercanos/as al corazón de Dios. No tengan miedo de denunciar el mal y de participar en la construcción de una sociedad más justa y humana” dijeron.
“Instamos a todos/as los/as metodistas unidos/as y a las personas de buena voluntad a participar en la educación de las comunidades mediante la sensibilización y el fomento del pensamiento crítico. Alcemos nuestra voz profética para exigir responsabilidades y no nos cansemos de hacer el bien a quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad” concluyeron los/as obispos/as.
Tras declarar que la protesta era “solo el comienzo”, los/as organizadores/as se comprometieron a continuar las acciones hasta que se garantice la justicia y la transparencia.
Tapia-Raquel instó a los/as cristianos/as a recordar el llamado de Cristo: “Bienaventurados los pobres. Que seamos las manos y los pies de Dios en nuestra búsqueda de justicia para nuestro pueblo”.
“El silencio no es una opción y al apoyar a los/as pobres, nos oponemos a la corrupción” añadió Dollaga.
Alvin Paul Azurin a la izquierda, miembro laico de La Iglesia Metodista Unida y su excolega Marge Batalla posan para una foto durante la Marcha del Billón de Pesos, celebrada el 21 de septiembre en el Santuario Nacional de María, Reina de la Paz, cerca del Monumento al Poder Popular de EDSA en Ciudad Quezón. Foto cortesía de Alvin Paul Azurin.
* Mangiduyos es corresponsal de Noticias MU en Filipinas. Contacto con los medios de noticias: Julie Dwyer quien es editora de noticias. La puede llamar al (615) 742-5469 o escribirle a [email protected]. Para leer más noticias metodistas unidas, ideas e inspiración para el ministerio subscríbase gratis a UM News Digests.
** Leonor Yanez es traductora independiente. Puede escribirle a IMU Hispana-Latina @umcom.org