Ninguna diferencia entre católicos y metodistas representa un obstáculo para impedirnos amar del mismo modo y dar testimonio común de Cristo al mundo», reiteró el Papa Francisco al recibir a una delegación del Consejo Metodista Mundial, del Consejo Metodista Europeo y de la Iglesia Metodista Británica.
Con su cordial bienvenida y saludo «en este tiempo pascual, en el que celebramos la Resurrección del Señor que resplandece sobre el mundo», el Obispo de Roma hizo hincapié en que si bien no pensamos aún del mismo modo en algunos temas, nuestro camino en la vida de santidad debe comprender «un servicio de amor al mundo»:
«Los católicos y los metodistas estamos llamados a comprometernos juntos para testimoniar concretamente, en muchos ámbitos, nuestro amor a Cristo. En efecto, cuando servimos juntos a los necesitados, nuestra comunión crece».
Exhortación que el Sucesor de Pedro reiteró al concluir su discurso, volviendo a señalar la apremiante actualidad del testimonio cristiano en el mundo:
«En el mundo de hoy, herido por muchos males, es más necesario más que nunca que como cristianos testimoniemos juntos con renovada energía la luz de la Pascua, haciéndonos signo del amor de Dios, victorioso en la Resurrección de Jesús. Que este amor pueda, también mediante nuestro servicio humilde y valiente, alcanzar el corazón y la vida de tantos hermanos y hermanas que lo esperan, aun sin saberlo. "¡Demos gracias a Dios, que nos ha dado la victoria por nuestro Señor Jesucristo!"» (1 Cor 15,57)
Tras destacar que recibió con sumo agrado la noticia de la apertura de la Oficina Metodista en Roma, el Papa dijo que «es un signo de la intensificación de nuestras relaciones, en particular de nuestro anhelo común de superar los obstáculos que aún nos impiden llegar a la comunión plena». Y aseguró que ruega al Señor para que bendiga este lugar, con el anhelo de que sea lugar de encuentro entre metodistas y católicos, en el que se pueda asimismo divulgar, celebrar y avanzar sobre los progresos de nuestro diálogo teológico.
Recordando que han transcurrido casi 50 años desde que nuestra Comisión conjunta teológica comenzó sus trabajos, el Santo Padre puso de relieve que más allá de las diferencias, que aún permanecen «nuestro diálogo se basa en el respeto y la fraternidad». Como muestra claramente el documento, en fase de preparación, que debería ser publicado a finales de este año, sobre el tema de «La llamada a la santidad», afianzándose en la adhesión metodista a la Declaración Común sobre la doctrina de la justificación:
«Católicos y metodistas tienen mucho que aprender los unos de los otros sobre cómo comprender la santidad y sobre cómo vivirla. Todos debemos hacer lo posible para que los miembros de nuestras parroquias respectivas se encuentren regularmente, se conozcan a través de intercambios estimulantes y se alienten recíprocamente en la búsqueda del Señor y de su gracia. Cuando leemos las Escrituras de forma individual o en grupo, pero siempre en recogimiento orante, nos abrimos al amor del Padre, que nos ha sido donado en su Hijo y en el Espíritu Santo. También allí donde permanecen divergencias en nuestras comunidades, éstas pueden y deben ser impulso a la reflexión y al diálogo».
Católicos y metodistas están llamados a ayudarse mutuamente en todo lo que conduzca al Reino, y, si aún no podemos pensar del mismo modo en todo, por lo menos podemos amar del mismo modo» dijo también el Papa Francisco citando a John Wesley, impulsor de los metodistas. Y deseando que la nueva declaración común pueda ser un renovado impulso para metodistas y católicos en ayudarse mutuamente en la vida de oración y devoción.
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