El ministerio de Amber Feezor en la Junta General de Iglesia y Sociedad como una misionera US-2 culmina este verano. Ella reflexiona sobre su tiempo con la agencia.
La Junta General de Ministerios Globales (GBGM) me colocó en la Junta General de Iglesia y Sociedad (GBCS) como miembro de la Misión Global US-2 en agosto de 2015. Iglesia y Sociedad servirían como lugar de trabajo durante mis dos años como misionera local con La Iglesia Metodista Unida.
Me asignaron para trabajar con Aimee Hong en el Programa del Seminario, una oportunidad educativa experimental para que los/as participantes aprendan sobre la justicia social. Mi experiencia como gerente de un café sin fines de lucro y lugar de música en una zona rural de Arkansas, no me preparó para todo lo que encontraría en mi nueva posición.
Traté de explicarle la justicia social a los/as niños/as de la Escuela Bíblica de Verano en mi iglesia el verano antes de que me trasladara a Washington, D.C. No fue una tarea fácil, en gran parte porque ni yo misma tenía una comprensión clara de lo que es la justicia social.
Yo estaba abrumada con lo mucho que había que aprender cuando llegué a GBCS. Los primeros tres meses estuvieron llenos de investigaciones sobre asuntos de encarcelamiento masivo, tráfico de personas, inmigración, pobreza y muchos más. Yo empatizaba con cada grupo del seminario que experimentaban sorpresa, ira, frustración y culpabilidad a medida que les presentábamos estos temas. Esos son los sentimientos exactos con los que luché en los primeros meses. Eventualmente, estas emociones se convirtieron en mi combustible para el importante trabajo de educación, defensa y organización.
Han habido algunos momentos verdaderamente monumentales durante mi tiempo en GBCS.
He podido tener conversaciones profundas con Shane Claiborne, autor y activista; y conocí al legendario John Lewis, líder de los derechos civiles y político. Sufrí y oré con una madre que perdió a su hijo por la violencia armada.
Los mejores momentos, sin embargo, han sido trabajando con los/as participantes del seminario cuando finalmente comprenden la información. Anhelo los momentos cuando los/as participantes de repente entienden lo injusta que puede ser una situación, y lo importante que es buscar el cambio.
Trabajar en el Programa de Seminario y con GBCS me ha cambiado de una manera que nunca hubiera podido anticipar. Buscar justicia me ha acercado más que nunca al corazón de Dios. He tenido que hacer sacrificios en el camino, pero trabajar por un mundo más pacífico ha valido la pena.
Estoy agradecida por esta agencia y la transformación que ha inspirado en mí.
Para leer el artículo original en inglés, visite el enlace: https://www.umcjustice.org/news-and-stories/reflections-on-two-years-as-a-missionary-working-at-church-and-society-456
**Michelle Maldonado es la Directora Asociada de Comunicaciones Hispano/Latinas de la IMU. Puede contactarle al (615) 742-5775 o por [email protected].