En un cálido domingo por la mañana, el equipo de adoración de la Iglesia Metodista El Vedado en el distrito central de negocios de La Habana, lleva a la congregación a sus pies. Las multitudes de personas en los bancos llenos alzan sus brazos y cantan "derrama tu Gloria". La ciudad es visible a través de los vidrios de colores que se abren a la Calle 25. Sus voces en esa mañana de noviembre pueden incluso ser lo suficientemente fuertes como para ser escuchadas a un par de cuadras de distancia del Hotel Habana Libre, donde Fidel Castro estableció una sede temporal para su nuevo gobierno revolucionario en 1959.
Aunque todavía representa menos del uno por ciento de la población, la Iglesia Metodista en Cuba ha hecho su presencia a través de la isla. Lo que una vez fue una copia en carbón del orden de culto de los Estados Unidos, se ha transformado en llamados a oración con música y con un ambiente pentecostal. "Hace dieciocho años, cuando empecé a trabajar como pastor... habían alrededor de 190 iglesias metodistas (en Cuba)", dice el Revdo. Lester Fernández, de 43 años, quien dirige la iglesia del Vedado. "Pero ahora, hay más de 400 iglesias".
La muerte de Fidel Castro, el 25 de noviembre de 2016, ha dejado abierto el futuro de Cuba a la especulación. Pero los/as metodistas cubanos/as ya tienen su meta clara, convertir más personas a Cristo a través de la evangelización en la calle, la oración y el ayuno.
CUBA SE GOZA EN EL ESPÍRITU
Un reportaje especial sobre la Iglesia Metodista en Cuba
Hoy en día, por su propia cuenta, la Iglesia Metodista en Cuba tiene más de 43.000 miembros activos/as y una comunidad de más de 65.000. El ochenta por ciento de los municipios de Cuba tienen una iglesia metodista y el 98 por ciento tienen lugares de predicación. Además de las más de 400 iglesias establecidas, hay unas 1.000 misiones y varios miles de grupos de células.
"En Cuba, no hablamos de disminuciones", explica Fernández. "Es casi una ley que las iglesias tienen que crecer". Mientras que algunos/as metodistas cubanos/as provienen de un trasfondo cristiano, muchos más son convertidos. Fernández, que describe a sus padres como "ex comunistas", decidió entrar en la iglesia un día y convertirse a Cristo a los 15 años. Cuatro años más tarde, era pastor y ahora es uno/a de los/as pastores/as más experimentados/as de la denominación.
Presencia pre-revolucionaria
La presencia metodista oficial en la isla se puede rastrear hasta el 1898, cuando el Revdo. W.A. Candler se convirtió en el obispo de la zona de Florida de la Iglesia Metodista Episcopal del Sur y envió misioneros/as a Cuba. Una antigua escuela secundaria metodista cerca de la Iglesia Metodista de Marianao todavía lleva una placa con el nombre de Candler y funciona como una escuela pública hoy.
La familia de Aldo González estuvo entre los/as conmovidos/as por los/as misioneros/as que se instalaron en su provincia natal de Pinar del Río, al oeste de La Habana. Fue bautizado de niño y asistió a una escuela secundaria metodista en Matanzas. Su madre, una maestra, ayudó a establecer una iglesia metodista.
A principios de 1962, cuando González tenía 17 años, los/as metodistas estadounidenses ayudaron a su familia a venir a los Estados Unidos. Noventa por ciento de los/as pastores/as metodistas que permanecieron en Cuba después de la revolución, fueron a la cárcel por un par de años por practicar su fe, dice González. "Las historias que estas personas cuentan son realmente impresionantes en cómo seguían creyendo que lo que estaban haciendo era lo correcto".
Fue el remanente obstinado de esa iglesia, que se convirtió en autónoma en 1968, que atrajo a jóvenes como Ricardo Pereira Díaz, el cuarto y actual obispo. Algunos de los momentos más difíciles de Cuba en las últimas décadas fueron también los tiempos en que los/as cristianos/as se esforzaban más para hacer oír su voz. Por ejemplo, la crisis económica de Cuba en 1991, causada por el colapso de la Unión Soviética y el continuo embargo estadounidense, se convirtió en un "período especial" de escasez de alimentos y petróleo.
La mejora en las relaciones diplomáticas, han traído vuelos directos y muchos más visitantes estadounidenses a Cuba. Pero los grupos voluntarios de Estados Unidos, trabajando con sus hermanos/as cubanos/as en la fe, han llegado mensualmente por más de 20 años. "Hay mucha gente en los Estados Unidos que tiene una visión diferente de la iglesia, una visión diferente de Cuba y del pueblo cubano por eso", dice González, quien coordina los equipos de Voluntarios Metodistas Unidos en Misión para Cuba en nombre de la Junta de Ministerios Globales de la denominación.
Un hogar para la tercera edad
En lo que era antes un hogar privado al cruzar la calle de la Iglesia Metodista de Marianao, 15 cubanos/as de la tercera edad, encuentran ayuda y compañía en una instalación administrada por la Iglesia Metodista en Cuba.
En un artículo publicado en 2015 en “New World Outlook”, el Revdo. Edgar Avitia, un ejecutivo de Ministerios Globales, atribuye la supervivencia de la iglesia en Cuba a su combinación de teología Wesleyana y cultura cubana. "Su liderazgo y estilo de culto son sin pretensiones autóctonos. Canta, baila y sirve a otros/as para celebrar el amor de Dios", dice el Rev. Avitia.
A lo largo del Malecón
Hay recordatorios visibles que el cristianismo y el metodismo han resistido en Cuba. Turistas en La Habana pueden visitar la estatua de Cristo - creada por la escultora cubana Jilma Madera y develada el día de Navidad de 1958 - de 15 metros de altura que domina el puerto desde una colina en la sección más antigua de la ciudad de la Habana Vieja. No está lejos de la casa donde el revolucionario Che Guevara vivió inmediatamente después de la caída de Fulgencio Batista, el dictador cubano derrotado por los revolucionarios en 1959. La casa está ahora abierta como museo.
En el centro de La Habana, el Seminario Evangélico Metodista, en la esquina de Virtudes e Industria, abrió sus puertas en 2006. Antes de la revolución, fue el sitio de la Iglesia Metodista Central y una escuela antes de ser prestado al gobierno cubano para oficinas desde 1985 hasta 2001.
A unas 6 cuadras hacia el norte por el Malecón, el famoso bulevar junto al mar atrae a turistas y lugareños al emblemático Hotel Nacional de Vedado, en el distrito comercial de La Habana. A corta distancia del mar, bajando por la calle 23 también conocida como La Rampa, los autobuses y coches antiguos utilizados como taxis colectivos, dejan trabajadores cada mañana que se dirigen hacia una variedad de negocios y oficinas gubernamentales.
Al girar a la izquierda en el Hotel Habana Libre, en la Calle L, si se sigue otra cuadra hacia el sur, en la Calle 25, un enclave metodista aparece en la esquina de la Calle K. El impresionante edificio de piedra de la iglesia de El Vedado está flanqueado por la sede episcopal oficial con oficinas, habitaciones para equipos de trabajo, otros huéspedes, una gran sala de reunión, comedor y cocina.
La Iglesia de El Vedado está ocupada la mayoría de los días de la semana, pero los domingos las multitudes que salen del culto salen a la calle mientras se saludan. Fernández, que fue pastor y superintendente en un distrito más pequeño antes de esta asignación, admite que hay diferencias entre ministrar a la gente en el campo o en la ciudad, al igual que hay diferencias entre predicarle a 1.500 personas en lugar de 300, el domingo.
"En La Habana, tengo la experiencia todos los días de conocer gente en la calle, que aunque es de la iglesia no la conozco, sobre todo si es de las 350 personas que se sientan abajo (en la sala anexa del templo)", explica. Es por eso que el pastor busca a las personas que parecen tristes o parecen preocupadas cuando camina por los pasillos de la iglesia, con un micrófono durante la adoración, orando en voz alta por la congregación. "No importa lo que pasaste (la semana pasada). Esta es una nueva semana", dice Fernández a la congregación.
*Bloom es la directora asistente de noticias de e United Methodist News Service con sede en Nueva York. Ella y el fotógrafo Mike DuBose de la UMNS visitaron Cuba en noviembre. Póngase en contacto con ella al 615-742-5470 o [email protected]
**Michelle Maldonado es la Directora Asociada de Comunicaciones Hispano/Latinas de la IMU. Puede contactarle al (615)742-5775 o por el [email protected]