Más allá del bautismo: qué significa la confirmación para los/as metodistas unidos/as

Muchos/as metodistas unidos/as de toda la vida, tienen buenos recuerdos de su clase de confirmación. En algún momento durante la adolescencia, se encontraron con un grupo de sus compañeros/as, algunos/as líderes adultos/as y su pastor/a. Es posible que se hayan reunido semanalmente en el sótano de la iglesia, durante una clase de la escuela dominical juvenil, o tal vez para un retiro de fin de semana en un campamento.

Cuando las clases se completaron, se pararon frente a su congregación, donde el/la pastor/a y otros/as pusieron sus manos sobre ellos/as mientras se decía una bendición. Algunos/as luego recibieron un almuerzo especial o un regalo de su iglesia.

Profesión pública de fe

Aunque la confirmación no es un sacramento en La Iglesia Metodista Unida (IMU), es una referencia importante a lo largo de nuestros viajes espirituales. En el bautismo, somos iniciados/as en el nuevo pacto en Jesucristo y la membresía en la Iglesia - el cuerpo de Cristo en el mundo-. Para muchos/as, esto sucede cuando son muy jóvenes.

Reconocemos que los/as niños/as son parte de nuestras familias, pero nadie espera que limpien sus habitaciones o que vayan a lavar los platos hasta que crecen un poco. De la misma manera, "los/as bebés bautizados/as son miembros de la Iglesia, la familia de la fe, pero todavía no son capaces de compartir todo lo relacionado con la membresía", según la declaración oficial de La Iglesia Metodista Unida sobre el bautismo.

La confirmación es una oportunidad para responder a la gracia de Dios disponible para nosotros/as como se reconoce en el bautismo y para vivir como una persona de fe. "Lo que Dios nos ofrece debe ser aceptado en arrepentimiento y fe", de acuerdo con la liturgia bautismal metodista unida. "La confirmación y la reafirmación de fe son nuestras respuestas de compromiso, profesión de fe y dedicación".

Servicio de Confirmación

Debido a que la confirmación está tan estrechamente relacionada con el bautismo, la orden para el servicio está contenida en el Pacto del Bautismo publicado al comienzo del Himnario Metodista.

Después de que los/as confirmandos/as respondan por sí mismos/as las mismas preguntas que hicieron sus padres/madres o padrinos/madrinas cuando fueron bautizados/as, el/la pastor/a le dirá al/ a la confirmado/a: "Recuerda tu bautismo y sé agradecido/a". Esto puede causar confusión, a quien han sido bautizados/as cuando niños/as, al tratar de recordar.

La intención es recordar que estás bautizado/a. "No es el evento en particular lo que está recordando", aclara la Revda. Taylor Burton-Edwards, directora de recursos de adoración de los Ministerios de Discipulado (GBOD) de La Iglesia Metodista Unida: "Es lo que te ha sucedido a través de ese acto, es lo que Dios ha hecho en ti, eso es lo que importa".

Por lo general, el/la confirmando/a se arrodilla ante el/la pastor/a, quien junto con los/as padres/madres y los/as padrinos/madrinas, le imponen las manos en la cabeza. El/la pastor/a pronuncia palabras que son casi idénticas a las dichas durante la imposición de manos después del bautismo: "El Espíritu Santo obra dentro de ti de manera que, habiendo nacido por el agua y el Espíritu, puedes vivir como un/a discípulo/a fiel de Jesucristo".

Finalmente, se les pide a los/as confirmados/as que tomen los mismos votos de membresía en La Iglesia Metodista Unida y en su congregación local, que deben tomar todos/as aquellos/as que deciden unirse a la iglesia.

Debido a que nuestro viaje en la fe cristiana no está destinado a ser una empresa en solitario, a lo largo del servicio hay lugares para que la congregación participe. En diferentes partes del servicio, renuevan sus votos de bautismo, profesan su fe junto con los/as confirmados/as, prometen hacer todo lo que esté a su alcance para apoyar a estos/as  nuevos/as  miembros y con ellos/as renuevan su compromiso de ser el cuerpo de Cristo para el mundo .

La preparación es clave

Los/as padres/madres y los/as líderes de la iglesia a menudo preguntan qué edad es la más adecuada para que los/as jóvenes participen en la confirmación. El problema no es tanto sobre una edad cronológica, sino más bien sobre la disposición de uno para asumir los votos de la membresía profesante. "Cuando piensas en lo que se requiere para vivir estos votos con integridad", dice Burton-Edwards, "se requiere una medida de adultez". A qué edad eso sucede varía entre individuos y culturas.

"Si nos fijamos en el primer certificado con el que damos responsabilidades adultas, llegamos a la licencia de conducir", explica Burton-Edwards sobre la cultura en los EE. UU. Esto podría indicar que es un buen momento para que la gente considere la confirmación, a la edad aproximada de 16 años. Sin embargo, para otros/as podría ser antes. La capacidad de vivir en los votos es el factor determinante clave, no un cumpleaños en particular.

Un comienzo renovado

"La confirmación incluye tres aspectos". La liturgia bautismal los puntualiza: A) Dios confirma la promesa divina a los que eran demasiado pequeños para comprender lo que Dios estaba haciendo en su bautismo, b) responden profesando su propia aceptación de la gracia que han recibido y su propia fe en Cristo, c) la Iglesia , representada en la congregación, confirma los compromisos que hacen ".

La confirmación no es un destino, es más como una estación de paso, un lugar donde renovamos nuestro compromiso con el viaje que hemos estado realizando bajo el cuidado de otros/as. "Es la primera vez que las personas declaran públicamente su intención de vivir los votos del pacto bautismal. Pero, no será la última vez en que deba hacerse. La confirmación es la etiqueta que colocamos la primera vez", enseña Burton-Edwards.

También es un momento para que una congregación celebre el compromiso de sus jóvenes de "vivir como un/a fiel discípulo/a de Jesucristo" y para renovar su compromiso de hacer lo mismo.

 

* Joe Iovino trabaja para UMC.org en United Methodist Communications. Póngase en contacto con él por correo electrónico o al 615-312-3733.

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