Los dos reportajes más grandes en las noticias sobre religión del 2015 fueron sobre el incremento de los "ningunos" (se refiere a aquellos/as que o bien no están afiliados/as a una tradición religiosa o que dicen no tener ninguna creencia religiosa) y el crecimiento de la ortodoxia religiosa.
El crecimiento paralelo de los/as “ninguno” y la ortodoxia parecen incompatibles: ¿Por qué la gente está a la vez más y menos interesada en la religión? Sin embargo, la razón para esta aparente contradicción es la misma. El aumento de los/as “ninguno” no marca una falta de interés en la religión, sino el interés por las “religiones interesantes”.
A primera vista, el tema de la religión en los EE.UU. parece sombrío. Los ningunos son ahora 23 por ciento de la población adulta de Estados Unidos, por encima del 16 por ciento en 2007, con aumentos en todos los grupos raciales, étnicos, educativos, geográficos y de ingresos, según una encuesta de Pew Research Center.
Los números de los protestantes y católicos romanos en la nación han bajado. Pero no todas las religiones están decreciendo o reduciéndose en la misma proporción. A pesar de la subida en números de los ningunos, hay un patrón que ha persistido por décadas: las fes comunes han bajado, mientras que los números de más religiones ortodoxas se levantan.
Dos cases de ejemplo:
- Los cristianos evangélicos, que sumaron 60 millones en 2007, hoy son 62 millones, o el 35 por ciento de la población adulta. Por otra parte, el 10 por ciento de los adultos se identifican con el evangelismo de hoy después de haber sido criado en otras tradiciones, compensando los que abandonaron la fe. Los evangélicos representan actualmente el 55 por ciento de los protestantes, un número por encima del 51 por ciento en 2007.
- Desde la década de 1970, el número de judíos observantes "ha crecido considerablemente en número, confianza en sí mismo y en perfil público". Como señala Pew Research Center, la población judía ortodoxa es más joven que la población de judíos menos observantes, y la retención entre los ortodoxos también ha subido, lo que sugiere "que la población judía crecerá."
Analizando los datos, el historiador Jonathan Sarna escribe que, "una religión que cree en el cumplimiento estricto de las normas y los rituales se desarrolla en momentos en que la elección personal parece reinar como la norma cultural. Pero, los valores religiosos tradicionales, se puede decir, que son el gran éxito de muchos de los grupos religiosos más importantes desde la década de los setenta; el aumento espectacular del cristianismo evangélico y el mormonismo son dos ejemplos".
Sin embargo, Jonathan Sarna no habló sobre “el elefante en el cuarto”: lo atractivo de las ideologías religiosas extremas, como las que los llamados defensores del Estados Islámico evocan. Estas también están sustentadas en "valores", en un contexto y con un propósito definido (y no sólo como reacción o consecuencia de factores socioeconómicos).
Ni Jonathan Sarna ni yo confundimos el cristianismo evangélico, el mormonismo o el judaísmo ortodoxo con ideologías como las que promueve ISIS. El punto es que tener un sentido de propósito y valores más allá de la forma de vida, es algún muy intrínseco de la condición humana.
La búsqueda de valores aparece así en esas curiosas estadísticas sobre los/as “ningunos”. El 23 por ciento de la población que está en esta categoría, esta dividida fundamentalmente en dos grupos: ateos/as o agnósticos/as (representan el 7 por ciento) y los que dicen que su religión es "nada en particular" (16 por ciento).
Es decir, más del doble del 7 por ciento se toman el tiempo para distinguirse de los ateos y los agnósticos y establecen que tienen creencias o sentimientos religiosos o espirituales, pero no de una forma tradicional o estructurada.
De ellos, 8.8 por ciento dice que la religión no es muy importante en sus vidas, pero tampoco son ateos o agnósticos. Es una auto-comprensión interesante. El 7 por ciento dice que la religión es importante o muy importante, frente al 5.8 por ciento en 2007.
En resumen, con la excepción de los ateos y agnósticos, los/as “ningunos” parecen ser las personas que se mueven entre algún tipo de fe. Puede que no la hayan encontrado en las religiones organizadas que conocen, pero en este espacio de búsqueda y experiencia parecen encontrarse con la ortodoxia – se interesan por un marco espiritual sustancial que les hable – aunque solo estará dispuestos a afirma una fe en el momento en que la encuentren. Cabe destacar que muchos de los/as “ningunos” son jóvenes, que aún pueden encontrarla. Este es el punto: Los ningunos han subido en número porque ellos están buscando y los ortodoxos han subido debido a que han encontrado.
Lo que les interesa es cosmovisiones robustas que ofrecan fundamentos consistentes, base de valores, éticas y maneras de vivir. Esto no significa que las religiones principales no ofrecen esas cosas, pero si los números son útil, se podría decir que les cuesta trabajo mostrarle a la gente que lo ofrecen.
Los/as que están interesados/as en las religiones y se dedican de corazón a ofrecen orientaciones y guías sobre el relacionamiento con el mundo y el resto de las personas (a diferencia de las ideologías violentas como las del EI) , tienen un pronóstico prometedor para el nuevo año.
*Marcia Pally enseña estudios multiculturales multilingües en la Universidad de Nueva York. Para más información acerca de Pally o del artículo, visite el enlace: http://goo.gl/pLdKYO
** Michelle Maldonado es la Directora Asociada de Comunicaciones Hispano/Latinas de la IMU. Puede contactarle al (615)742-5775 o por el [email protected]