El año pasado terminó con un aumento evidente en la cifra de menores no acompañados y familias que llegaron a la frontera de los EE.UU. con México. De acuerdo con Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU., el número de niños y familias que cruzaron la frontera durante los últimos tres meses de 2015, fueron mayores que en el mismo período de tiempo en años anteriores. Sin embargo, la cantidad de personas que cruzaron la frontera aún no fue tan alto comparado con las cifras más altas de junio de 2014. Muchos de estos menores y familias provienen de Honduras, un país que sufre el profundo impacto de la pobreza, la violencia y el militarismo. Honduras tiene la tasa de homicidios más alta del mundo.
En el esfuerzo por responder a esta crisis de migración, la Junta General de Iglesia y Sociedad (GBCS) ha comenzado a construir relaciones con las iglesias metodistas de América Central. La misión del proyecto es apoyar la creación de comunidades integrales que respondan a la violencia, la migración forzada y promuevan el derecho de los/as latinoamericanos/as a quedarse. Como resultado de estas relaciones de crecimiento, el obispo Elías Galván y el Revdo. Pablo Moras (líder episcopal y Superintendente de Misión de la Iglesia Metodista Unida en Honduras, respectivamente), invitaron ó a GBCS a participar en la Conferencia Anual y facilitar un taller de formación sobre los efectos complejos y profundos la crisis global en la migración Latinoamericana.
Durante nuestra visita, nos encontramos con pastores de dos congregaciones que tienen experiencias con la migración. En Ciudad España, a una hora de Tegucigalpa (capital de Honduras), se encuentra una comunidad que fue construida después del paso del huracán Mich. Esta congregación tiene programas que permiten a los padres que residen en los EE.UU. y en España, comunicarse a través de Skype con us hijos/as que dejaron con miembros de la familia. La correspondencia regular reduce la ansiedad de los/as niños/as que de otro modo podrían considerar tomar el peligroso viaje para reencontrarse con sus padres.
Además, esta congregación tiene la única escuela para estudiantes de pre Kínder asta escuela secundaria. Esta escuela también ofrece muchos empleos necesarios para profesionales jóvenes, lo que les permite permanecer en Ciudad España a trabajar en lugar de buscar trabajo en los EE.UU. La congregación también alberga la única clínica médica en la ciudad, la cual es una bendición no sólo para Ciudad España, sino también para las ciudades vecinas. Los residentes de bajos ingresos ya no tienen que viajar en autobús por casi 2 horas a Tegucigalpa para recibir atención médica.
Visitamos otra congregación en un barrio donde los residentes luchan por sobrevivir y prosperar bajo el acoso de las pandillas. Esta visita fue muy conmovedora porque aprendimos de la Pastora Sandra que la mayoría de los miembros hombres de la congregación migraron a los EE.UU., dejando a las mujeres y niños/as vulnerables a la violencia de gangas. Ella tiene su propia experiencia personal con la migración. Su hija más pequeña hizo la peligrosa travesía a los EE.UU. con el fin de escapar dela presión por unirse a una de las gangas locales. Su hija dejó la escuela secundaria después de recibir amenazas, pero pandilleros locales la siguieron a su nueva escuela. Para evitar ser forzada a unirse a la pandilla, su única "opción" fue huir de Honduras, lo que hizo un día sin decirle a su madre y esta está viviendo con una familia en México, actualmente.
Durante el entrenamiento, Melissa Bowe, de Justicia Para Nuestro Vecino/Justice For Our Neighbor (JFON) proporcionó información sobre las leyes migratorias de los EE.UU. en relación con menores y adultos en busca de asilo. Ella compartió información importante para pastores/as y líderes laicos/as que trabajan con las familias que están considerando comenzar el viaje hacia el norte. Esta presentación es particularmente crucial para los/as líderes de la iglesia, ya que abordó los mitos difundidos por coyotes (traficantes de personas), e incluso habló acerca de los medios de comunicación acerca de los EE.UU. y el camino difícil para llegar.
Otro aspecto importante de este entrenamiento incluyó proporcionar un espacio para que pastores/as y líderes, hablaran de la carga física y emocional que llevan debido a las graves problemas que confronta el sistema de inmigración de EE.UU., la ineficiencia de las políticas económicas internacionales vigentes, la pobreza generalizada, la corrupción gubernamental y la violencia.
Innumerables familias han sido separadas y los/as niños/as se ven obligados/as a unirse a las pandillas o a vivir como prisioneros en sus propios hogares. Los participantes se separaron en parejas para compartir cómo sus iglesias se ven afectadas por el problema de la inmigración y su visión para el cambio. Durante este tiempo hemos aprendido que la experiencia de la Pastora Sandra no es única; muchos padres sufren al ver sus adolescentes crecer dentro de las cuatro paredes de su habitación. No pueden tener una vida normal porque tienen que dejar la escuela con el fin de evitar ser tomados por las pandillas.
Los participantes también tuvieron la oportunidad de reflexionar sobre cómo la Misión de La Metodista Unida en Honduras, está respondiendo a la problemática migratoria y qué más se puede hacer para apoyar a las familias que huyen a los EE.UU., dejando parte de sus miembros atrás. ¿Cómo puede la iglesia apoyar a las personas que son deportadas y regresan con una sensación de fracaso, porque no pueden mantener a la familia?. Por último ¿cómo podemos crear comunidades y condiciones que promuevan el derecho a permanecer en sus países de origen?.
Muchas de las congregaciones identificaron la necesidad de crear un comité que supervise este problema y que a su vez eduque a la feligresía, con el fin de proporcionar apoyo moral y espiritual para las familias que están separadas. Otras congregaciones abordan la necesidad de asociarse con instituciones que pueden proporcionar apoyo psicológico a las personas que han sido deportadas. Dichos esfuerzos minimizan la depresión y previenen la adicción a las drogas y al alcohol que podrían dar lugar a la violencia doméstica. Algunas congregaciones incluso hablaron de la creación de una cooperativa de trabajo como estrategia para promover la justicia económica para los miembros de la comunidad local.
Al final de la capacitación, cada congregación fue invitada a crear un plan de acción, para abordar uno de los problemas de la migración por el resto de este año. Fue precioso sentir la energía y escuchar la esperanza de los/as líderes. Durante el servicio de por la noche, cada pastor/a vino al altar y coloco su plan de acción como un compromiso con Dios y con su pueblo.
GBCS espera continuar este trabajo y darle apoyo a cada congregación a medida que avanzan hacia la transformación de comunidades y que marcar la diferencia ante el estado actual de las cosas.
*Para más información acerca de GBCS o el artículo, visite el enlace: http://umc-gbcs.org/faith-in-action/church-and-societys-central-america-project
** Michelle Maldonado es la Directora Asociada de Comunicaciones Hispano/Latinas de la IMU. Puede contactarle al (615)742-5775 o por el [email protected]