Aunque pareciera una afirmación innecesaria, la realidad es que aún cuando este año en EEUU sentimos los aleteos del cambio climático de manera extraordinaria, en nuestra región existe un silencio colectivo que nos mantiene altamente inactivos y necesitamos superarlo.
“La ciencia nos informa, pero no nos dirige”, dijo George Marshall, experto en Comunicación para asuntos del cambio climático[ii]. “Si pudiéramos pensar sobre el cambio climático no como un ‘algo’, sino en un ‘alguien’, existe más posibilidad de que hagamos algo al respecto.”
Esta fue también la preocupación de diversas organizaciones basadas en la fe[iii] que se dieron cita tanto en el espacio oficial como en la Cumbre Climática de los Pueblos durante la COP23 en Bonn, Alemania: “Necesitamos escuchar las voces de quienes sufren el cambio climático; conocerlo desde su experiencia.” “Somos una sola familia humana, un solo planeta y muchas fes. Lo que está sucediendo también nos afecta, y afectará sin falta a nuestras próximas generaciones.” “Este no es solo un asunto ambiental, es un asunto de justicia social en favor de los pobres.”
Ver al mundo como una casa común también nos facilita mirar el problema como nuestro, dijo Tomás Inzúa, director ejecutivo del Movimiento Católico Mundial por el Clima. A pesar de la abrumadora crisis que hoy confrontamos, las religiones y espiritualidades presentes, reconocimos tener en nuestra fe y valores, los dones necesarios para inspirar a otros y enfrentar la crisis con esperanza.
Como estrategia para lograr un mayor impacto, las diversas organizaciones lanzamos durante la COP23 una iniciativa multi-religiosa llamada: “A paso suave con la Tierra”, y entregamos[iv] a la Secretaria General de la UNFCCC Patricia Espinosa, una Declaración firmada por líderes religiosos/as y laicos/as de todo el mundo, en la cual se comprometieron a continuar trabajando juntos/as para promover y desarrollar modelos de vida sostenibles, que tomen el 1.5 °C de incremento máximo de temperatura global como guía.
En este próximo año 2018, las diversas organizaciones asociadas estarán trabajando para desarrollar materiales de apoyo, educativos y campañas, con el fin de motivar a nuestras comunidades a participar y acelerar el crecimiento de un movimiento de vidas sostenibles, informó el Imán Saffet Catovic de GreenFaith.
Las áreas a trabajar, para tener un mayor impacto ambiental, serán las relacionadas con el consumo de alimentos, el uso del transporte y la energía. Aquellas comunidades que no cuentan con un sistema que les permita escoger el tipo de consumo, o ya viven una vida sostenible, podrán aprovechar la iniciativa como guía y sostén para la defensa de sus derechos.
Aún cuando el acto de escoger lo que consumimos parezca individualista, nadie puede mantener o tener acceso a prácticas sostenibles, sin el apoyo o el incentivo de su comunidad. La intensión de nuestra iniciativa es que las comunidades de fe y la red multi-religiosa provean e incentiven este tipo de apoyo entre sus miembros.
“Cuando nosotros cambiamos, el mundo cambia” dijo la hermana Jayanti, directora para Europa de la comunidad Brahma Kumaris. O, en las palabras del Papa Francisco: “No debemos pensar que estos esfuerzos no van a cambiar al mundo.”[v]
La iniciativa multi-religiosa tiene la intención de mover el liderazgo de lo personal a lo político, de lo local a lo global. Sostenida por una conexión entre las fes, los pueblos, las naciones, el ser humano con la tierra, el Norte con el Sur, la expectativa es que se convierta en un movimiento global multi-religioso que contribuya a mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1.5 °C y con ello, proteger a las comunidades más vulnerables del planeta.
No hay tiempo que perder. La población de Fiji, país anfitrión de la COP23, agradeció estos esfuerzos. “Estamos reparando el tejido de nuestras mantas ecológicas, económicas y ecuménicas”, dijo el Rev. James Bhagwan, pastor metodista de las Islas de Fiji; refiriéndose a las mantas tejidas con hojas de “pandanus” sobre la cual se sientan hombres y mujeres, ancianos y niños, a contar historias o a poner en orden asuntos de la comunidad. En ellas, la voz de todas y todos es igualmente importante. “Si la manta se rompe, no se la bota, se la repara”, añadió el Rev. James.
Alrededor de toda la zona oficial de la COP23 y la Cumbre de los Pueblos se instalaron estas mantas. Ahora le toca a cada uno/as, a seguir creando estos espacios de diálogo, reparar las mantas, exigir a los gobiernos que la voz de las comunidades vulnerables, incluyendo las voces de los pueblos indígenas, tengan una silla en la mesa de las negociaciones oficiales, porque hasta el momento, aún no la tienen; o si la tienen, muchas veces no son escuchadas.
La buena nueva es que, así como en el Acuerdo de París, la mayoría de los gobiernos del mundo (menos EEUU) se comprometieron a llevar adelante sus políticas públicas para mantener el aumento de la temperatura por debajo del 1.5 °C; hoy en día saben que no podrán lograrlo sin la participación de la colectividad. Esto incluye a todos los pueblos, independientemente de las políticas de su gobierno con respecto al cambio climático. Esto incluye también a los pueblos indígenas, principales protectores de los bosques; los campesinos y campesinas, pequeños y pequeñas productoras que alimentan al mundo, cuidan el suelo y enfrían el planeta.[vi] Esto también incluye a las comunidades de fe, al 85% de la población mundial que dice creer en algo más allá de sí mismos. El llamado es a que todos/as, juntos y juntas sentados/as en la manta, desde el arado, el púlpito, la calle, el jardín y el bosque; con compromiso, sabiduría, esperanza y sacrificio, se pueda lograr una defensa al derecho por una vida sostenible, y mantener el aumento de la temperatura global por debajo del 1.5 °C.[vii]
Si quieres participar de la iniciativa y estar al día con la información sobre los próximos pasos, todavía puedes firmar la declaración: http://www.interfaithclimatestatement.org/ o enviarme un email a: [email protected]
Coordinadora de GreenFaith para América Latina www.greenfaith.org
[ii] Climate Outreach, London.
[iii] Consejo Mundial de Iglesias, GreenFaith, Movimiento Católico Mundial por el Clima, Bhumi Project, Brahma Kumaris World Spiritual University, CIDSE, Franciscan Action Network, the Global Muslim Climate Network, Hazon, Islamic Society of North America, One Earth Sangha, Parliament of the World's Religions, Friends World Committee for Consultation (Quaker), Unitarian Universalist Service Committee, y el World Evangelical Alliance.
[iv] https://www.youtube.com/watch?v=MlzscUwxzSk&feature=youtu.be
[v] Encíclica Laudato Si’
[vi] https://viacampesina.org/es/la-via-campesina-responde-la-cop23-llamado-la-agroecologia-campesina/ (Noviembre 2017)
[vii] En este enlace tienen acceso al encuentro y las diversas presentaciones de la iniciativa multi-religiosa durante COP23: https://www.youtube.com/watch?time_continue=6897&v=wiS9LnJsDKw
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* Rev. Dr. Neddy Astudillo, es una eco-teóloga, pastora de la Iglesia Presbiteriana (PCUSA) y Directora de Greenfaith para América Latina: [email protected]