Timothy Whitaker
2 de diciembre, 2011 | Conferencia Anual de Florida
La esperanza del Evangelio
Adviento es el tiempo en que los cristianos meditan en la venida de Jesucristo. Buscamos que el Espíritu Santo nos guíe para dejarlo venir a nuestras vidas. Además, no se puede hablar de Adviento sin hablar también de la Segunda Venida en el futuro.
"Vendrá de nuevo con gloria, para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin", dice el Credo Niceno de Constantinopla.
Para el escéptico, la idea de la Segunda Venida de Cristo es prueba de que la fe cristiana es un embuste. Si uno cree en la venida, nos dicen, de seguro también cree que la tierra es plana y en brujas.
Jamás debemos desestimar la ignorancia que tiene el escéptico de los métodos y contenido de la teología cristiana. No obstante, incluso para algunos cristianos modernos, la Segunda Venida no es más que una idea insólita que los cristianos crédulos del primer siglo metieron en el sistema de fe, pero que nadie puede tomar en serio, a parte de los fundamentalistas.
La Segunda Venida de Cristo no es una pintoresca idea sectaria, sino una parte esencial de la fe apostólica y católica de la iglesia ecuménica.
Sencillamente quiere decir que Jesús tiene un futuro. Los creyentes proclaman que Jesús tiene un presente porque Dios lo levantó de los muertos y lo declaró Señor del mundo. Cristo vive, no está muerto. La muerte no pudo retenerlo.
Los cristianos también afirman que Jesús tiene un pasado, no sólo en su historia como Jesús de Nazaret, sino cumpliendo las profecías de los profetas de Israel.
Pero Jesús también tiene un pasado. En palabras de Emil Brunner, "la fe en Jesús sin la expectación de la Parousia* es un cheque sin fondos, una promesa que no es sincera. La fe en Cristo sin la expectación de la Parousia es como una escalera que no lleva a ningún sitio, sino que termina en el vacío".
El futuro de Jesucristo no tiene que ver con algún tiempo futuro en los años venideros, sino que es la nueva era que vendrá después de la era de la historia humana. De modo que, la Segunda Venida de Jesús no es un evento en la historia, sino que la introducción de un nuevo mundo más allá de la historia, la transfiguración de este mundo como nueva creación, la consumación de los propósitos de Dios de hacer nuevos cielos y nueva tierra. Brunner subrayó: "pertenece al carácter del Evento Final cuyo carácter es inimaginable. Por esto, es mejor quedarnos con los símbolos del Nuevo Testamento, sabiendo que son símbolos y sabiendo que necesitamos símbolos".
Además, la esperanza de la iglesia no está en las bendiciones que se nos prometen sino en la presencia de Jesucristo. Karl Barth afirmó: "La comunidad del Nuevo Testamento no espera lograr promesas abstractas como, por ejemplo, la resurrección de los muertos o la justificación en el Día del Juicio o una vida de bendición eterna&ellipsis; Más bien, espera todas estas cosas porque espera a Jesús mismo".
La Segunda Venida de Jesucristo traerá la finalización de la obra de Espíritu Santo en la creación. La gloria en la que Jesús aparecerá es la manifestación de la obra del Espíritu que transformará todo en un nuevo cielo y tierra. El Espíritu introducirá la nueva creación en la que Jesús será juez y gobernante.
Dada la naturaleza trascendente de la Segunda Venida, se entiende por qué los escépticos de mofan y como muchos cristianos prefieren negarla o ignorarla. Confiar en ella requiere fe: "La fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve" (Hebreos 11:1). Requiere confiar en el poder del Padre que trabaja a través del Hijo y el Espíritu.
Aunque la fe trasciende la capacidad de la razón humana y la imaginación, no se opone del todo a la forma en que vemos el mundo hoy. Aparte de los materialistas ciegos, creo que la mayoría de la gente percibe el misterio de lo trascendente ya en este mundo. Perciben que hay puertas en el mundo que están abiertas al espíritu y miramos a través de ellas en momentos de belleza, verdad y amor.
Durante Adviento, debemos enseñarle a la iglesia sobre la Segunda Venida de Jesús. Sería un error profundo si descuidamos proclamar la Segunda Venida, porque esta esperanza nos protege de sucumbir a las presiones de este tiempo y cultura. En el mundo debemos trabajar sabiendo que nuestros esfuerzos no son en vano (1 Corintios 3). Aquel que nació en Belén y que ahora viene a nosotros por la fe será el mismo que encontraremos en el futuro.
*Parousia es una palabra griega que significa "presencia", y se usa en el Nuevo Testamento para referirse a la venida de Cristo.
2 de diciembre, 2011 | Conferencia Anual de Florida
La esperanza del Evangelio
Adviento es el tiempo en que los cristianos meditan en la venida de Jesucristo. Buscamos que el Espíritu Santo nos guíe para dejarlo venir a nuestras vidas. Además, no se puede hablar de Adviento sin hablar también de la Segunda Venida en el futuro.
"Vendrá de nuevo con gloria, para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin", dice el Credo Niceno de Constantinopla.
Para el escéptico, la idea de la Segunda Venida de Cristo es prueba de que la fe cristiana es un embuste. Si uno cree en la venida, nos dicen, de seguro también cree que la tierra es plana y en brujas.
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La Segunda Venida de Cristo no es una pintoresca idea sectaria, sino una parte esencial de la fe apostólica y católica de la iglesia ecuménica.
Sencillamente quiere decir que Jesús tiene un futuro. Los creyentes proclaman que Jesús tiene un presente porque Dios lo levantó de los muertos y lo declaró Señor del mundo. Cristo vive, no está muerto. La muerte no pudo retenerlo.
Los cristianos también afirman que Jesús tiene un pasado, no sólo en su historia como Jesús de Nazaret, sino cumpliendo las profecías de los profetas de Israel.
Pero Jesús también tiene un pasado. En palabras de Emil Brunner, "la fe en Jesús sin la expectación de la Parousia* es un cheque sin fondos, una promesa que no es sincera. La fe en Cristo sin la expectación de la Parousia es como una escalera que no lleva a ningún sitio, sino que termina en el vacío".
El futuro de Jesucristo no tiene que ver con algún tiempo futuro en los años venideros, sino que es la nueva era que vendrá después de la era de la historia humana. De modo que, la Segunda Venida de Jesús no es un evento en la historia, sino que la introducción de un nuevo mundo más allá de la historia, la transfiguración de este mundo como nueva creación, la consumación de los propósitos de Dios de hacer nuevos cielos y nueva tierra. Brunner subrayó: "pertenece al carácter del Evento Final cuyo carácter es inimaginable. Por esto, es mejor quedarnos con los símbolos del Nuevo Testamento, sabiendo que son símbolos y sabiendo que necesitamos símbolos".
Además, la esperanza de la iglesia no está en las bendiciones que se nos prometen sino en la presencia de Jesucristo. Karl Barth afirmó: "La comunidad del Nuevo Testamento no espera lograr promesas abstractas como, por ejemplo, la resurrección de los muertos o la justificación en el Día del Juicio o una vida de bendición eterna&ellipsis; Más bien, espera todas estas cosas porque espera a Jesús mismo".
La Segunda Venida de Jesucristo traerá la finalización de la obra de Espíritu Santo en la creación. La gloria en la que Jesús aparecerá es la manifestación de la obra del Espíritu que transformará todo en un nuevo cielo y tierra. El Espíritu introducirá la nueva creación en la que Jesús será juez y gobernante.
Dada la naturaleza trascendente de la Segunda Venida, se entiende por qué los escépticos de mofan y como muchos cristianos prefieren negarla o ignorarla. Confiar en ella requiere fe: "La fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve" (Hebreos 11:1). Requiere confiar en el poder del Padre que trabaja a través del Hijo y el Espíritu.
Aunque la fe trasciende la capacidad de la razón humana y la imaginación, no se opone del todo a la forma en que vemos el mundo hoy. Aparte de los materialistas ciegos, creo que la mayoría de la gente percibe el misterio de lo trascendente ya en este mundo. Perciben que hay puertas en el mundo que están abiertas al espíritu y miramos a través de ellas en momentos de belleza, verdad y amor.
Durante Adviento, debemos enseñarle a la iglesia sobre la Segunda Venida de Jesús. Sería un error profundo si descuidamos proclamar la Segunda Venida, porque esta esperanza nos protege de sucumbir a las presiones de este tiempo y cultura. En el mundo debemos trabajar sabiendo que nuestros esfuerzos no son en vano (1 Corintios 3). Aquel que nació en Belén y que ahora viene a nosotros por la fe será el mismo que encontraremos en el futuro.
*Parousia es una palabra griega que significa "presencia", y se usa en el Nuevo Testamento para referirse a la venida de Cristo.