Pablo Alvarado recientemente lideró un taller en MARCHA, el caucus Hispano/Latino de La Iglesia Metodista Unida, y pidió ayuda. Él dirige la Red Nacional de Jornaleros (NDLON) que opera centros de apoyo para jornaleros, muchos/as de los/as cuales son inmigrantes indocumentados/as. La organización también va a las esquinas donde se congregan estos trabajadores. Alvarado comentó que La Iglesia Metodista Unida debería estar también en esos lugares.
"¿Podemos convertir esos centros de obreros en lugares de santuario? ¿Puede extenderse la protección de la iglesia, no sólo a los centros de trabajo, sino también a las esquinas? ¿Puedes adoptar una de esas esquinas?”, preguntó durante el taller.
Defensores de los derechos de los/as inmigrantes en la sala asintieron a ese planteamiento, y no solo a la propuesta de que la congregación una esfuerzos con Alvarado. También afirmaron que el santuario es más que un refugio, que puede y debe tener una definición más amplia.
"El punto aquí es que el testigo del santuario - es decir, proveer y ser un espacio de refugio, seguridad y apoyo para personas muy vulnerables - puede tomar diferentes formas", dijo la Revda. Jeania Ree V. Moore, Directora de Derechos Civiles y Humanos en la Junta Metodista Unida de Iglesia y Sociedad (GBCS).
A medida que los Estados Unidos bajo el Presidente Trump se mueven hacia una aplicación más estricta de las leyes inmigratorias, el acto de santuario todavía se entiende principalmente como una iglesia u otro lugar de culto que acepta a los/as que corren peligro de ser deportados/as.
Esa práctica, que ganó prominencia en los años 80 cuando los/as inmigrantes centroamericanos/as huían de las guerras y luchaban para ganar el estado de refugiado en los EE.UU., continúa reservada o abierta entre algunas iglesias.
La Iglesia Metodista Unida de Mancos en Colorado y la Iglesia Metodista Unida de Arch Street en Filadelfia, han sido últimamente noticias al proporcionar vivienda en sus terrenos a individuos que enfrentan la posible deportación.
Incluso más recientemente, la Iglesia Metodista Unida de Park Hill y el Templo Micah en Denver, a través de un edificio compartido, recibieron a una mujer que pidió refugio.
La Iglesia Metodista Unida Clifton en Cincinnati considera gastar unos $15.000 para agregar un baño y lavandería para poder ofrecer el mismo servicio.
"Queremos que la vivienda temporal sea suficiente para una familia", dijo su pastor, el Rev. David Meredith.
Pero el Rev. Meredith rápidamente señala que la IMU Clifton es parte de una coalición de santuarios interreligiosos de las congregaciones de Cincinnati.
Sólo dos se han comprometido a albergar individuos/as o familias. El resto se llaman "congregaciones solidarias", y han acordado ofrecer apoyo financiero y de otra índole a las dos congregaciones comprometidas con albergar inmigrantes.
Meredith dijo que la coalición está ayudando a pagar la adición al edificio de la IMU Clifton, y para él, unirse a esa coalición, incluso en un papel secundario, califica como un acto de santuario.
"Mucha más gente puede estar involucrada en ese tipo de trabajo, además de aquellas que actualmente albergan una familia en la iglesia", dijo Meredith.
Moore, de GBCS, dijo que la tradición de dar vivienda a individuos/as vulnerables en una iglesia se remonta a siglos atrás, y sigue siendo una forma crucial de santuario.
"Pero el santuario también puede parecer más de 20 miembros de la iglesia que acompañan a una inmigrante indocumentada a su presentación ante ICE (Inmigración y Aduanas). O una iglesia recaudando fondos para servicios legales de un/a refugiado/a que busque asilo, y caminar junto a ellos/as en ese proceso", dijo.
La Primera Iglesia Metodista Unida en Tuckerton, Nueva Jersey, tiene un ministerio dirigido a hispanos, llamado Casa de Esperanza. Algunos/as de los/as que asisten a la escuela de la iglesia y los servicios de adoración son indocumentados/as.
Un domingo a principios de este año, la iglesia proporcionó un notario público y los trámites necesarios para que los/as miembros de Casa de Esperanza firmaran poderes legales para que, en el caso de ser deportados, un ser querido pueda cuidar a sus hijos/as.
Unas 50 personas se inscribieron, dijo el Rev. David Yun, pastor de la iglesia; y aunque la IMU Tuckerton no está estructurada para proporcionar espacio para vivienda, se siente parte del movimiento santuario. "Estoy seguro que el santuario se extiende más allá de la iglesia” comentó Yun.
Algunos/as pastores/as metodistas unidos/as dicen que la necesidad de actos de santuario se ha vuelto más clara desde la elección del presidente Trump. Esa es definitivamente la sensación del Rev. Keary Kincannon, quien dirige la Iglesia Metodista Unida Misionera Rising Hope en Alexandria, Virginia.
El 8 de febrero, agentes de ICE detuvieron a un número de hombres sin hogar que salían del refugio de hipotermia de la iglesia.
La política de ICE de lugares sensibles sigue vigente bajo Trump, y los agentes no pueden entrevistar ni arrestar en las iglesias, pero las acciones se dieron demasiado cerca de la IMU Rising Hope y hay temor de una nueva realidad en su aplicación, dice Kincannon. "Las cosas están cambiando y la comunidad siente que debe ser más cuidadosa".
El refugio de Rising Hope está abierto a todos/as los/as que necesiten un espacio cálido, sin hacer preguntas. Aunque el refugio de la iglesia no encaja en la definición tradicional de santuario, Kincannon también se siente parte del movimiento. "Incluso si sé que alguien es indocumentado/a, lo/a traigo. Me considero una iglesia santuario", dijo Kincannon.
Durante el taller de MARCHA y en discusiones posteriores, los/as metodistas unidos/as ofrecieron una variedad de ideas para ofrecer santuario, incluyendo la asociación con la Red de Equipo de Respuesta Rápida de Church and Society para la justicia de inmigrantes y refugiados/as, y aboga para que las jurisdicciones locales y sus policías decidan no cooperar con ICE.
MARCHA está planificando una campaña para resaltar las diferentes formas de ofrecer santuario, dijo el Rev. Héctor Burgos, Director de Ministerios Conexiónales de la Gran Conferencia Anual de Nueva Jersey, y coordinador de comunicaciones de MARCHA.
GBCS ofrece entrenamiento en santuarios, y en abril dirigió una sesión para la Conferencia Anual de Rocky Mountain, enfatizando diferentes estrategias de apoyo. Incluso, una iglesia que sólo ofrece espacio para reuniones de grupos que se dedican a la defensa de las personas amenazadas por la deportación está haciendo trabajo de santuario, dijo Moore.
Para el Rev. Jorge Domingues, co-líder del taller MARCHA, un buen primer paso para cualquier iglesia es construir relaciones con aquellos/as en riesgo.
"Creando ese espacio donde puedan hablar, puedan compartir e incluso puedan expresar su miedo de una manera no intimidante, eso en realidad crea un espacio de santuario donde la gente puede sentir 'Bueno, aquí tengo gente que me puede apoyar'".
*Sam Hodges es escritor para United Methodist News Service y vive en Dallas. Comuníquese con él al (615) 742-5470 o [email protected].
Para leer el artículo original en inglés, viste el enlace: http://www.umc.org/news-and-media/sanctuary-as-more-than-shelter
** **Michelle Maldonado es la Directora Asociada de Comunicaciones Hispano/Latinas de la IMU. Puede contactarle al (615) 742-5775 o por [email protected].