Después de más de un mes del anuncio hecho por el Fiscal General Jeff Sessions, la decisión sigue provocando respuestas de diferentes círculos en la nación. Las marchas, convocatorias a la movilización, cabildeo en el congreso y debates desde el punto de vista moral, político y económico son algunas de las manifestaciones que ha generado la derogación del programa DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia). Cerca de 800.000 soñadores/as, que fueron traídos a Estados Unidos por sus padres antes de 2007, tienen un período de espera de seis meses por delante; período en el cual el congreso determinará su estatus migratorio.
Un joven líder La Iglesia Metodista Unida, Luis Velázquez - es seminarista y consultor de la Junta General de Misiones Globales (GBGM)- considera que esta medida del gobierno es otra acción en contra de los/as más vulnerables. "Estos son tiempos difíciles, no sólo para los/as latinos/as, sino para todas las minorías raciales. Esta decisión sobre DACA viene después de una respuesta ambigua a lo que ocurrió en Charlottesville, el perdón a funcionario público señalado de racismo como Arpaio y la acciones de los organismos de inmigración en Texas contra indocumentados/as poco tiempo después del paso del huaracán Harvey".
La Obispa Peggy Johnson, de las conferencias anuales del Eeste de Pensilvania y Península-Delaware, coincide con Velázquez. "Es un momento difícil en la vida de los/as estudiantes de DACA y sus familias. Hay mucha pena e incertidumbre en la comunidad ahora. Mi oración es que el Congreso desarrolle una propuesta justa y esperanzadora para estos/as 800.000 jóvenes, muchos/as de los/as cuales son excelentes estudiantes y trabajadores/as en nuestras comunidades".
El Dr. David F. Watson, profesor de Nuevo Testamento, Decano Académico y Vicepresidente de Asuntos Académicos del Seminario Teológico Unido (Union Theological Seminary), asegura que "desde una perspectiva cristiana, la vida humana es de un valor inconmensurable", por lo que hace una invitación a los partidarios conservadores del programa DACA, a analizar desde una perspectiva amplia en valor de la vida humana. "Los/as cristianos/as conservadores/as han insistido constantemente en la importancia de la preservación de la vida antes del nacimiento (anti-aborto). Sin embargo, presentan una actitud ambigua con respecto al valor de la vida de los ya nacidos. Por lo tanto, si bien es pragmáticamente importante mantener una sociedad ordenada que funcione bajo reglas de derecho razonables, es teológicamente importante que no tomemos acciones que deshumanicen a ningún grupo de población, ni construyamos una jerarquía por la cual un grupo de la población es considerado más importante que otro."
El Dr. Watson afirma que “teológicamente, deportar sin tener en cuenta los devastadores efectos que tal acción tendría sobre los Soñadores/as es inmoral; es cruel, y una sociedad cruel no puede ser una sociedad justa".
El Rev. Tom Lambrecht, vicepresidente de Good News (grupo metodista unido que mantiene una postura conservadora y de apego a las enseñanzas tradicionales de la iglesia), aclaró que esta organización no tiene ninguna posición oficial hasta el momento sobre la situación de DACA y otros temas relacionados con la inmigración. Sin embargo, aceptó compartir sus opiniones a nivel personal sobre el pronunciamiento hecho por parte del gobierno. "Veo esta decisión del Presidente Trump como un esfuerzo para impulsar al Congreso a comenzar a promulgar la reforma migratoria. Me sorprendería que las personas traídas en su infancia a los Estados Unidos sean deportadas. Espero que el Congreso actúe para permitirles que se queden”.
El Rev. Lambrecht cree que "una cantidad razonable de inmigración puede ser un beneficio neto para los Estados Unidos". Para él, deportar a los/as “Soñadores/as” a países donde no han vivido es "injusto". Después de todo, "han establecido una vida exitosa aquí y... no han cometido un crimen serio. Se han establecido aquí y están dispuestos a contribuir positivamente a la sociedad. Tal vez los adultos que emigraron ilegalmente podrían recibir algún tipo de residencia permanente, a falta de la plena ciudadanía, en reconocimiento al hecho de que infringieron la ley de inmigración. Al mismo tiempo, el Congreso debe establecer un sistema de inmigración más justo que proporcione el tipo de trabajadores que nuestro país necesita para seguir creciendo”.
Cuando el Rev. Lambrecht habla de "vida exitosa" y contribución positiva a la sociedad, podría estar hablando de jóvenes como Karla Chávez, quien trabaja para la Oficina de Admisión de la Universidad Lipscomb en Nashville, TN. Ella recuerda cómo DACA le permitió acceder a la educación superior y a un estilo de vida socioeconómicamente estable. "Yo no era considerada una estudiante de este estado, aunque había estudiado en las escuelas públicas de esta ciudad desde que tenía cinco años, cuando mis padres me trajeron a Nashville". Karla no pudo ingresar a la universidad después de la graduación de la preparatoria, porque sus padres no podían pagar la matrícula. "La matrícula era tres veces mayor que la de un joven ciudadano en el estado", dijo Karla.
En 2010, ella comenzó a ir a un Instituto Tecnológico a través de becas que ganó tomando entre una y tres clases por semestre. Después de tres años, Karla aprovechó la oportunidad que DACA le abrió, así que solicitó y obtuvo una beca completa en la Universidad de Lipscomb. Con la autorización para estudiar y trabajar, compró libros y material extra que necesitaba para completar su carrera. Además de trabajar en la Oficina de Admisiones, Karla es también una de los/as Directores/as de Justicia para Nuestros Vecinos (JFON – organización apoyada por La Iglesia Metodista Unida que protege y asesora a la comunidad inmigrante). Karla está llena de energía y alegría mientras ayuda a estudiantes indocumentados/as que, al igual que ella, están construyendo un futuro mejor para sus familias y comunidades.
El Director Ejecutivo de JFON en Nashville, Wade Munday, asegura que los Estados Unidos sin el programa DACA "hará que mucha gente pierda sus trabajos y sus hogares, aumentaría el porcentaje de la deuda interna y el nivel de preocupación por el futuro de los/as Soñadores/as". Para él, apuntar a los/as “Soñadores/as” es otro lugar discriminatorio a través del cual se muestra "la preferencia por las comunidades blancas". Limitar el acceso a las tarjetas de residencia permanente y la amenaza de poner fin a la DACA, son patrones legislativos que apuntan a estar en contra de las personas de color y fundamentadas en el temor de mucha gente blanca. Estos patrones no tratan cambios políticos que traigan cambios positivos. Esto no tiene justificación moral ni económica", dijo Munday.
Como defensor de los/as inmigrantes, Muday plantea que “todos/as ponemos nuestra parte a la hora de pagar impuestos. Documentados/as o indocumentados/as, todos/as pagamos 10 centavos por cada dólar en impuestos a la venta. Aquí en el condado de Davidson, el presupuesto anual de un billón de dólares se verá seriamente afectado porque ellos/as (los/as inmigrantes) también ivierten en nuestras comunidades. Ellos/as pagan tanto como yo", dijo Munday.
Por su parte, la Obispa Johnson evalúa las preocupaciones que impulsan decisiones como ésta y considera que están motivadas por múltiples aspectos. "Las promesas políticas, las agendas políticas, la amenaza de demandas de estados que asumen que es ilegal, la negatividad permanente contra la población inmigrante en este país. Todo esto habla de nuestra falta de imaginación, de alma y de voluntad de no sacrificar vidas por ventajas políticas. Espero que de esta crisis surja una oportunidad para escribir leyes permanentes y justas que abran la puerta a la ciudadanía", concluyó la obispa mientras invitó a las conferencias anuales que dirige a "llamar a sus congresistas y senadores, y expresar su preocupación". Así mismo, hizo un llamado a las iglesias locales a estimular el debate y las conversaciones con las diferentes comunidades sobre DACA, para ayudar a la gente a entender los problemas que enfrentan los/as jóvenes participantes en ese programa y ayudar a disipar los mitos que se han construido sobre ellos/as. Por último, la obispa pidió “organizar y apoyar a grupos comunitarios en defensa de DACA, con la participación activa en las acciones que se programen y con el apoyo económico a este esfuerzo".
*Carlos S. Reyes-Rodríguez es parte de equipo de comunicadores/as hispano/latinos del NPHL y UMCOM.