El Rdo. Enrique Hernández Vigil admite que, hace mucho tiempo ya, era bastante egocéntrico. "Pensaba únicamente en la manera de enriquecerme y tener una posición en la sociedad", dijo, "sólo pensaba en mí y no me preocupaba por los demás".
Hernández Vigil nació y se crió en una familia católica de la Ciudad de México. "Cuando era un adolescente", mencionó, "comencé a buscar a Dios en mi tradición y religión. La primera vez que oí el Evangelio pensé que me hablaban de religión, y dije: 'No, gracias; tengo mi propia religión', pero me di cuenta que los evangelios me empezaban a decir: 'Dios no desea que sólo tengas una religión. Dios quiere tener una relación personal contigo a través de Jesucristo'".
"Más tarde, mientras leía los evangelios, el Espíritu Santo comenzó a condenarme por mi pecado y por no tener una relación con Dios. Después de presenciar la alegría que manifiestan muchos cristianos, quería tener la misma experiencia para mi familia y para mí".
Hernández Vigil hizo algunas preguntas a un sacerdote católico sobre las lecturas que hacía. "Este sacerdote se enojó conmigo y me ordenó que dejara de leer el Nuevo Testamento o de lo contrario sería engañado y me convertiría en protestante, como mis nuevos amigos", me dijo. "Pero mientras continuaba con la lectura del Nuevo Testamento, recibí a Jesús en mi corazón y mi vida cambió radicalmente".
Dios lo llama al ministerio
Hernández Vigil recibió un grado en teología del Seminario Bíblico John Wesley y, más adelante, una maestría en misionología del Seminario Brier Crest en Hyderabad, India. En México, trabajó en la misión para diversas denominaciones.
"Mientras trabajaba en Monterrey con la Iglesia Metodista", informó, "conocí a una chica muy hermosa y me casé con ella. Después de cinco años, fui invitado por el obispo Raúl González Rosas para ser su asesor en las misiones interculturales. Más tarde, me invitó a ".
Servir a Dios al servir al prójimo
Hoy, como pastor asociado a tiempo parcial de la Iglesia Metodista Unida de la población de Hermitage en Tennessee, Hernández Vigil se enfrenta a un nuevo reto: comenzar un ministerio para la comunidad hispana desde cero.
"Mi familia y yo en realidad servimos como misioneros de la Iglesia Metodista C.A.O. en México", explicó Hernández Vigil. Además dirige la Academia hispano-latina para la conferencia anual (regional) de Tennessee.
"Estoy muy emocionado por iniciar una misión hispana aquí en la Iglesia Metodista Unida Hermitage", dijo. "(Queremos) ver misiones establecidas en cada distrito de nuestra conferencia. Nos faltan sólo dos distritos para lograrlo".
Una meta personal a largo plazo de Hernández Vigil es capacitarse como profesor en misiones y entrenar a futuros misioneros.
Reconoce que la Junta de Ministerio Ordenado de la Conferencia de Tennessee lo ha apoyado "al mostrar sensibilidad a mi transición por venir de otra denominación y al darme instrucciones claras en los pasos a seguir".
"Hago parte de un equipo de pacto de misiones entre las conferencias anuales de Tennessee, de Memphis y del Oriente (México)", comentó. "Proyectamos tener un intercambio más activo entre los equipos de misión que trabajan en ambos lados de la frontera entre México y los Estados Unidos para fortalecer el trabajo entre los hispanos.
"Ahora entiendo que tengo el llamado de servir a Dios a través del servicio a mi prójimo".
Gracias a las donaciones metodistas unidas al Fondo de Educación Ministerial, individuos como Hernández Vigil pueden escuchar -y responder- al llamado de Dios al ministerio.
El Fondo de Educación Ministerial es la parte esencial en la preparación de personas para hacer discípulos de Jesucristo. Los 13 seminarios metodistas unidos en los Estados Unidos ayudan a los estudiantes a descubrir su vocación a través un programa de estudios desafiante. El Fondo permite a la iglesia aumentar el apoyo financiero para la contratación y formación de ministros ordenados y diaconales, y equipar a las conferencias anuales para satisfacer sus crecientes demandas.
*Comunicaciones Metodistas Unidas en Nashville, Tennessee.