¶ 163,G) Juego de azar – El juego de azar es una amenaza para la sociedad, mortífero para el bienestar moral, social y económico, la vida espiritual, y destructivo del buen gobierno y de la buena mayordomía. Como un acto de fe y de interés, los cristianos deben abstenerse del juego de azar, y luchar por ministrar a aquellos que son víctimas de esa práctica. Cuando el juego de azar se ha convertido en adicción, la iglesia debe instar a los individuos a que reciban asistencia terapéutica, de modo que sus energías puedan dirigirse a fines positivos y constructivos.
La iglesia reconoce la dicotomía que se produce al oponerse a los juegos de azar pues apoya a su vez la soberanía y autodeterminación de las tribus nativo americanas. Por tanto, la función de la iglesia es la de crear un lugar sacro donde se permita el dialogo y la educación que promoverá un entendimiento holístico de la búsqueda histórica de la supervivencia de las personas nativo americanas. El llamamiento profecito de la iglesia es el de promover normas de justicia y defensa que hagan innecesario e indeseable acudir al juego de azar comercial- incluyendo las loterías, casinos, rifas, juegos de azar por medio de la internet, o cualquier otra forma de tecnología y otros juegos de azar- como recreación, como escape, o como medio de producir ingresos públicos o fondos para sostener programas caritativos o el gobierno.
Extracto de los Principios Sociales de la IMU ubicado en la página 138, párrafo 163.