Heather Hahn*
17 de abril, 2013 | Noticias UMNS
Dos metodistas han traído la luz a gente en oscuridad, por lo cual han sido homenajeados.
Doug McNeil y Jesse Salem, miembros de la IMU Los Gatos, en Silicon Valley, California, fueron homenajeados en la Casa Blanca (Washington D.C.), el 5 de abril, por haber fundado el programa Luz para la Alfabetización.
El programa es una asociación entre su iglesia y el Club de Rotarios de Los Gatos. En el programa, jóvenes traen energía solar para dar luz a quienes carecen de electricidad.
El evento del 5 de abril fue parte del Día del Rotario en la Casa Blanca. McNeil, miembro de los rotarios de El Gato, estuvo entre quienes fueron reconocidos como "campeones del cambio".
El programa Luz para la Alfabetización permite que jóvenes construyan tecnología que disemina el alfabetismo y la educación en todo el mundo.
Hace un año McNeil estaba buscando un proyecto que enseñaría a los jóvenes ciencia y el servicio a otros. Por su parte, Jesse Salem tenía un problema que requería una solución científica.
Por más de 10 años, Salem ha trabajado con los Voluntarios en Misión de la IMU Los Gatos, para construir casas en Colonet, un lugar rural pobre en la Baja Península de México. Colonet es un lugar sin electricidad.
Más de 1.2 billones de personas en el mundo todavía no tienen acceso a la electricidad.
"En amplias partes del mundo, cuando el sol se pone, la gente no puede leer o escribir, a menos que usen lámparas a kerosene o velas", dice McNeil. Pero el kerosene es caro, inflamable y tóxico.
McNeil y Salem, ambos ingenieros, se conocieron por un amigo de la iglesia. Se pusieron a pensar en cómo iluminar la vida de la gente sin peligros y en forma económica. Decidieron usar energía solar para dar energía usando diodos emisores de luz.
Salem compuso un módulo solar usando una batería de 12 voltios, un panel solar, un controlador de circuito y una banda de diodos. Todo esto se puede obtener en cualquier ferretería.
"Con estos cuatro componentes, podemos iluminar una habitación con el equivalente a una bombilla fluorescente de 60 vatios", dice McNeil.
El módulo solar podría proveer hasta cuatro horas de luz. En días nublados puede funcionar hasta 3 días. El precio total de módulo es de $150.
Para empezar a fabricar los módulos, Salem y McNeil primero recogieron una ofrenda en la IMU Los Gatos, que tiene una asistencia de unas 250 personas. Pero la gran parte del financiamiento viene de Rotary Club.
La iglesia proveyó de jóvenes voluntarios. Cada joven trabajó con un adulto que le enseñó como ensamblar el módulo solar.
La construcción de un módulo solar puede tomar hasta cuatro sesiones de 2 horas cada una, dice Anthony Fatta, director del programa de jóvenes y uno de los mentores. Pero uno no tiene que ser ingeniero ni mucho menos.
Actualmente, 10 jóvenes participan. El grupo es diverso, con jóvenes que van desde el 5to grado hasta el high school. Seis son de la iglesia y cuatro de la escuela pública.
Fatta quiere que los jóvenes aprendan no sólo los principios científicos que hacen que el módulo funcione, sino que también el hecho de que "somos co-creadores con Dios. En un sentido literal, estamos creando luz donde había oscuridad".
Cuando la Rda. Jennifer Murdock, pastora de la IMU Los Gatos, se enteró que McNeil y Salem querían tener listos los módulos solares en sólo 6 semanas, a tiempo para el viaje misionero a Colonet, pensó que era imposible. "Pensé que no podíamos conseguir el dinero y la gente para lograrlo. Pero me alegra tanto que estaba equivocada".
En el viaje del año pasado, 3 jóvenes instalaron cinco módulos solares. Después del viaje, McNeil se contactó con el Rotary Club de Bangalore, en India, que usa uno de los módulos solares del programa para iluminar un orfanato. Cerca de 80 niños usan la luz para estudiar y leer de noche, dice McNeil.
Después de la reunión en la Casa Blanca, McNeil y Salem fueron a otro viaje misional a Colonet, llevando 10 módulos solares que pueden dar luz por 6 horas. Esta vez los módulos también contienen conectores USB para que la gente pueda recargar sus teléfonos celulares.
Julia Loper, una joven participante, dijo que participar en el programa fortaleció su amor a la ciencia y le permitió conocer modelos dignos de imitar. Loper cursa el primer año de química en la Universidad de California, Santa Barbara.
Loper recuerda que cuando instaló su primer módulo, le preguntó al dueño de la casa que qué le parecía. Le respondió que era algo tan bello y se puso a llorar.
*Hahn es periodista de multimedia para el Servicio de Noticias Metodista Unido. Contacto: (615) 742-5470 ó [email protected].
17 de abril, 2013 | Noticias UMNS
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Doug McNeil y Jesse Salem, miembros de la IMU Los Gatos, en Silicon Valley, California, fueron homenajeados en la Casa Blanca (Washington D.C.), el 5 de abril, por haber fundado el programa Luz para la Alfabetización.
El programa es una asociación entre su iglesia y el Club de Rotarios de Los Gatos. En el programa, jóvenes traen energía solar para dar luz a quienes carecen de electricidad.
El evento del 5 de abril fue parte del Día del Rotario en la Casa Blanca. McNeil, miembro de los rotarios de El Gato, estuvo entre quienes fueron reconocidos como "campeones del cambio".
El programa Luz para la Alfabetización permite que jóvenes construyan tecnología que disemina el alfabetismo y la educación en todo el mundo.
Hace un año McNeil estaba buscando un proyecto que enseñaría a los jóvenes ciencia y el servicio a otros. Por su parte, Jesse Salem tenía un problema que requería una solución científica.
Por más de 10 años, Salem ha trabajado con los Voluntarios en Misión de la IMU Los Gatos, para construir casas en Colonet, un lugar rural pobre en la Baja Península de México. Colonet es un lugar sin electricidad.
Más de 1.2 billones de personas en el mundo todavía no tienen acceso a la electricidad.
"En amplias partes del mundo, cuando el sol se pone, la gente no puede leer o escribir, a menos que usen lámparas a kerosene o velas", dice McNeil. Pero el kerosene es caro, inflamable y tóxico.
McNeil y Salem, ambos ingenieros, se conocieron por un amigo de la iglesia. Se pusieron a pensar en cómo iluminar la vida de la gente sin peligros y en forma económica. Decidieron usar energía solar para dar energía usando diodos emisores de luz.
Salem compuso un módulo solar usando una batería de 12 voltios, un panel solar, un controlador de circuito y una banda de diodos. Todo esto se puede obtener en cualquier ferretería.
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El módulo solar podría proveer hasta cuatro horas de luz. En días nublados puede funcionar hasta 3 días. El precio total de módulo es de $150.
Para empezar a fabricar los módulos, Salem y McNeil primero recogieron una ofrenda en la IMU Los Gatos, que tiene una asistencia de unas 250 personas. Pero la gran parte del financiamiento viene de Rotary Club.
La iglesia proveyó de jóvenes voluntarios. Cada joven trabajó con un adulto que le enseñó como ensamblar el módulo solar.
La construcción de un módulo solar puede tomar hasta cuatro sesiones de 2 horas cada una, dice Anthony Fatta, director del programa de jóvenes y uno de los mentores. Pero uno no tiene que ser ingeniero ni mucho menos.
Actualmente, 10 jóvenes participan. El grupo es diverso, con jóvenes que van desde el 5to grado hasta el high school. Seis son de la iglesia y cuatro de la escuela pública.
Fatta quiere que los jóvenes aprendan no sólo los principios científicos que hacen que el módulo funcione, sino que también el hecho de que "somos co-creadores con Dios. En un sentido literal, estamos creando luz donde había oscuridad".
En el viaje del año pasado, 3 jóvenes instalaron cinco módulos solares. Después del viaje, McNeil se contactó con el Rotary Club de Bangalore, en India, que usa uno de los módulos solares del programa para iluminar un orfanato. Cerca de 80 niños usan la luz para estudiar y leer de noche, dice McNeil.
Después de la reunión en la Casa Blanca, McNeil y Salem fueron a otro viaje misional a Colonet, llevando 10 módulos solares que pueden dar luz por 6 horas. Esta vez los módulos también contienen conectores USB para que la gente pueda recargar sus teléfonos celulares.
Julia Loper, una joven participante, dijo que participar en el programa fortaleció su amor a la ciencia y le permitió conocer modelos dignos de imitar. Loper cursa el primer año de química en la Universidad de California, Santa Barbara.
Loper recuerda que cuando instaló su primer módulo, le preguntó al dueño de la casa que qué le parecía. Le respondió que era algo tan bello y se puso a llorar.
*Hahn es periodista de multimedia para el Servicio de Noticias Metodista Unido. Contacto: (615) 742-5470 ó [email protected].