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8 de marzo, 2012 | UM Advocate Carolina del Sur
Es una fría mañana de enero, al noreste de Columbia, pero los pasillos de la IMU Windsor están llenos de gente y vida. Gente de todas las edades y colores conversan de camino a sus clases. Al final del pasillo, la guardería infantil está llena de bulla y color. "Hola, ¿cómo estás", le dice una mujer a otra, al besarla en la mejilla. Un remolino de inglés, español y otros idiomas llena el aire. Pero de pronto el pasillo queda vacío, todos entran a clase.
Tres veces a la semana, unas 80 personas se juntan en la IMU Windsor para clases de ESL. Para estas personas es algo serio. Están aprendiendo un idioma extranjero.
"Muchos de ellos no fueron a la escuela en sus países, donde la escuela es para los más afortunados. De modo que, están muy agradecidos", dice la voluntaria Suzanne Sloan. Ahora que están en los Estados Unidos, viven en comunidades donde todos hablan su propio idioma, lo que les roba la oportunidad de aprender inglés. "Están muy agradecidos y trabajan muy duro", dice Sloan.
Las clases se ofrecen en las dependencias de la iglesia y en colaboración con el distrito escolar del Condado de Richland. Los martes, miércoles y jueves, de 9:30 a.m. hasta el medio día, el distrito ofrece clases de ESL, Desarrollo de Educación General