La preocupación por la legislación y el futuro de la Iglesia Metodista Unida consiguió, fue puesta a un lado durante media hora en la Conferencia General de 2016, el pasado jueves 18 de mayo, ya que los/as delegados/as se centraron en la reflexión sobre una tragedia histórica donde el metodismo estuvo profundamente implicado.
La masacre de Sand Creek, llevada a cabo en 1864, fue la razón y varios oradores/as, incluyendo un historiador y descendientes de los indios Cheyenne y Arapaho sobrevivientes del ataque, hablaron de ello. La Obispa Elaine J. W. Stanovský, del área de “Mountain Sky”, se había unido a los descendientes en la planificación del evento, en lo que representa el acto más reciente de La Iglesia Metodista Unida (IMU) para expiar su responsabilidad en la masacre de Sand Creek.
"Estamos aquí para escuchar y decir la verdad", dijo a los delegados Stanovský, mientras los nativos americanos que visitaron la sala plenaria de la Conferencia General 2016 - algunos de ellos vestido con ropa tradicional - manifestaron su agradecimiento por esta acción.
"Ahora extendemos nuestra mano en señal de amistad a la Iglesia Metodista," dijo William Walks Along, un Cheyenne del Norte, descendiente de los sobrevivientes de la masacre. "Hemos desarrollado paso a paso un sentimiento mutuo de confianza, respeto y honor."
Ataque sorpresa
La masacre de Sand Creek se produjo a lo largo del “Big Sandy River” del territorio de Colorado, que comienza la mañana del 29 de noviembre de 1864. El Coronel John Milton Chivington, pastor de la Iglesia Metodista Episcopal que se había unido al ejército de la Unión y dirigió un ataque sorpresa con 675 soldados a un campamento de Cheyenne y Arapaho.
El ataque se convirtió en masacre, reclamando unas 200 vidas de nativos estadounidenses, incluyendo mujeres, niños y ancianos. Después, de la masacre los soldados cometieron atrocidades sobre los muertos. Algunos de los oficiales de menor rango bajo el mando de Chivington se negaron a participar. El ataque produjo condena, repudio y las investigaciones oficiales, mientras que fue defendido por los periódicos y los terratenientes del estado de Colorado.
La Conferencia General 1996 pidió perdón por la participación metodista en la matanza, pero cometió un error de obviar algunos detalles históricos y no mostrar el debido respeto a los descendientes de los sobrevivientes, dijo Stanovský. En 2012, los/as delegados/as se comprometieron en un “Acto de Arrepentimiento” , durante un servicio de alabanza dirigido a restaurar las relaciones con los/as hermanos/as indígenas, y aprobaron una petición en favor de la divulgación completa del papel del metodismo en la masacre de Sand Creek.
Stanovský y Otto Braided Hair Jr., un Cheyenne del Norte descendiente de los/as sobrevivientes de la matanza, co-presidieron el panel nombrado para supervisar un memorial más completo. En 2014 se produjo un paso importante, cuando la Obispa Stanovský llevó a la Conferencia Anual de “Rocky Mountain” (Montañas Rocallosas) en una peregrinación al sitio de la masacre de Sand Creek, declarado territorio de interés histórico nacional. Ese año, Stanovský sirvió en la Comisión del Estado de Colorado para la Conmemoración de la Masacre de Sand Creek.
En los días previos a la Conferencia General de 2016, el historiador Gary L. Roberts - que ha estudiado la masacre de Sand Creek durante décadas - preparó un informe de 173 páginas titulado "Recordando La Masacre de Sand Creek: Una Revisión Histórica de la Participación Metodista, su Influencia y Respuesta”.
El informe, ahora en forma de libro publicado por Abingdon Press, concluye que Chivington planeó y llevó a cabo la masacre para promover sus ambiciones de carrera y lo expresó posteriormente sin contrición, pese a la condena por parte de sus compañeros y muchos otros.
También ofrece detalles sobre el papel de John Evans, un metodista que sirvió como gobernador territorial de Colorado quien, aunque no estuvo implicado directamente en la matanza, sus políticas crearon las condiciones que la hicieron posible, según Roberts. Mientras Evans, uno de los fundadores de la Universidad de Northwestern, nunca aceptó ninguna responsabilidad.
La tercera conclusión principal de Roberts es que la Iglesia Metodista Episcopal (predecesora de La Iglesia Metodista Unida) "abrazó la mentalidad prevaleciente" de expansión hacia el oeste por los colonos blancos y defendió a Evans y Chivington después de la matanza.
Roberts habló a los/as delegados/as el jueves 19 de mayo, calificando su estudio de la participación metodista como "aleccionador y desafiante". Expuso detalles sobre Evans, Chivington, el ataque y concluyó con una advertencia a los delegados. "Escucha, aprende y no olvides", dijo Roberts quien es metodista unido. Los/as delegados/as dieron al historiador, una ovación de pie que también fue dirigida en reconocimiento a los descendientes de los/as sobrevivientes.
La observancia incluyó un canto de los visitantes sobre una canción de un jefe nativo americano, que recuerda y honra a los jefes sobrevivientes y a los que murieron en el ataque. Al final, Stanovský, y otros obispos, presentaron regalos a los representantes de los pueblos Cheyenne y Arapaho. Finalmente el Consejo de Obispos hospedó una cena con los descendientes quienes sobrevivieron a la masacre.
* Hodges, un escritor UMNS, vive en Dallas. Póngase en contacto con él en (615) 742-5470 o [email protected].
** El Rev. Gustavo Vasquez es el Director de Comunicaciones Hispano/Latinas de la IMU. Puede contactarle al (615)742-5111 o por el [email protected].