1. No me va a fallar. Los pastores/as son también pecadores salvados por gracia, por lo tanto te van a fallar. No hablamos de falsos maestros, sino de pastores/as genuinos que aman a Dios y anhelan servir a la iglesia. Tu pastor/a no es Jesús, tarde o temprano te fallará y con la gracia de Dios lo reconocerá, te pedirá perdón y te modelará como un pecador se arrepiente de su pecado y confía en Cristo para salvación. Tu pastor/a también necesita un Salvador.
2. No se cansa. Un/a pastor/a trabaja 12 horas en promedio, de 6 a 7 días a la semana, por la mayor parte del año. Atiende a las ovejas lastimadas pero también a las problemáticas, las que lo hieren, las que muerden y a las que se meten en peligro. Lucha en contra de lobos, leones y osos que quieren destruir a las ovejas que se les han encargado. Busca a las ovejas perdidas en valles oscuros, lugares peligrosos, caminos desiertos. Entrena a otros pastores/as porque el trabajo es basto. Y, además de esto, es padre, madre, esposo, esposa, hijo, hija, amigo, amiga, chofer, fontanero, electricista y mecánico. Tu pastor/a no es todopoderoso, se cansa físicamente, se frustra emocionalmente y se seca espiritualmente. Tu pastor/a necesita descansar.
3. No tiene problemas personales. El matrimonio de tu pastor/a atraviesa, como todas las parejas en Cristo, momentos difíciles: egoísmo que necesita morir, mentiras que requieren de la verdad, tentaciones a las que le urgen confesión, oración y un amigo. Los hijos/as del pastor también llevan consigo el pecado original: tienen sus luchas con el pecado y necesitan de un salvador lleno de gracia y verdad. La cartera del/a pastor/a se vacía. Su economía también se ver afectada por los ídolos de su corazón. Tu pastor/a no tiene una vida sin problemas. Tu pastor/a necesita consejos, oración y amigos.
4. No tiene preocupaciones. Aunque no lo creas tu pastor/a pierde el sueño. La intranquilidad invade su corazón porque su fe tampoco es perfecta. Le preocupa su esposa o esposo que necesita más tiempo, sus hijos/as que lidian con tentaciones, la familia de sus líderes, los matrimonios en la iglesia, las influencias sobre los jóvenes, su economía y demás. Tu pastor/a sufre, tiene incertidumbre y no siempre tiene una fe reluciente. Tu pastor/a necesita palabras de ánimo, consuelo y aliento.
5. No me necesita. ¿En qué puedo ayudar yo a alguien que sabe más Biblia? En mucho. El ministerio puede ser muy solitario, puedes servir a tu pastor/a con tu amistad, compañía, chistes, comida y opiniones. Tu pastor/a te necesita no importa si eres un/a líder o tienes poco tiempo en la iglesia.
6. Él/ella tiene una relación perfecta con Dios. Aunque es cierto que debe tener una buena relación con Dios antes que con cualquier otra persona, eso no significa que no luche consigo mismo para apartar tiempo, estudiar la Biblia, orar y reflexionar, no para dar un estudio, sino simplemente para pasar tiempo con Dios. Tu pastor/a no tiene una relación perfecta con Dios. Tu pastor/a necesita tiempo y de tu oración para pasar cada día tiempo en intimidad con su Señor.
7. Él/ella está siempre feliz. Ni si quiera Dios está siempre feliz. La Biblia habla bastante de la ira de Dios, menciona a Jesús llorando, afligido hasta la muerte e inclusive de la tristeza que causa el pecado al Espíritu Santo. Tu pastor/a también tiene toda la gama de sentimientos con la que Dios nos creó. Sus sentimientos también están aún sujetos al pecado. Y hay ocasiones en las que “estar siempre feliz” sería deshonrar a Dios mientras lo contrario sería hacerlo. Tu pastor/a no está siempre feliz. Tu pastor/a necesita ser amado en la tristeza, enojo, depresión o cansancio.
8. Él/ella es un/a esposo/a y padre/madre perfecto/a. Sólo Jesús es perfecto. Gracias a eso tu pastor/a y su familia no tienen que serlo para ser salvos. Su matrimonio y paternidad/maternidad son reflejo de la verdad: pecadores salvados por gracia en el proceso de santificación. Exactamente como tú. Tu pastor/a no es perfecto/a. No coloques la carga de ser Dios sobre los hombros de un/a pecador/a.
9. Él/ella puede solucionarlo. Dios ha dotado a sus siervos de muchas habilidades y dones espirituales pero tu pastor/a no es todopoderoso. No sabe toda la Biblia de memoria. No conoce la explicación de cada versículo oscuro. No tiene una respuesta para cada crisis existencial. No sabe todo de filosofía, historia, psicología, sociología, arte, política y demás. Siempre habrá cosas que están más allá de sus límites. Tu pastor/a no lo puede todo. Pero si puede orar por ti, estar contigo y seguir capacitándose para servirte mejor.
10. Él/ella es el responsable de ____________. Evangelizar, discipular, servir, entrenar, aconsejar, dirigir, cantar, limpiar, visitar, orar, tutorar, etc… son cosas que todos/as, de acuerdo a nuestra vocación y dones, estamos llamados/as a hacer juntos. Tu pastor/a no es el cuerpo de Cristo, lo somos todos/as. Tu pastor/a no es el/la único/a responsable de cumplir la voluntad de Dios en la tierra, tú también eres parte y puedes comenzar por llamar a tu pastor/a en este momento, orar con él/ella por él/ella, invitarlo/a a cenar a tu casa y simplemente preguntarle cómo está.
* Para más información sobre Eduardo Escobar y su ministerio visite el enlace: http://eduardoescobar.me/2015/07/18/10-mentiras-que-los-cristianos-creen-sobre-su-pastor-aunque-no-lo-digan/
** Michelle Maldonado es la Directora Asociada de Comunicaciones Hispano/Latinas de la IMU. Puede contactarle al (615)742-5775 o por el [email protected]