Por Amanda M. Bachus
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Una iglesia que ame a viejos y jóvenes, donde se habla español, inglés o cualquier otro idioma. Una iglesia que recibe gente de otros lugares y a personas que no son como el resto de la congregación. Una iglesia formada por gente de diferentes edades, estatus económico, género y cultura se considerará una iglesia multicultural capaz de recibir y amar en su diversidad, sin prejuicios.
La comunidad de fe que empezó Aarón Sáenz junto con su esposa, en Harlingen, Texas, es un testimonio de la fusión e integración de culturas, idiomas y edad. ¡Todo un Pentecostés!
Sáenz cuenta que trabaja para que los jóvenes se acerquen a la iglesia y aprendan del amor de Dios. ¿Cómo lo hace? Usa los medios y herramientas que los jóvenes usan hoy en día: juegos, deportes y música que las nuevas generaciones aprecian. Además, usa el Internet y los medios sociales como Facebook, Twitter y otros, para conectarse a ellos. Utiliza inglés y usa español. Este pastor se centra en el objetivo de alcanzar y llevar la palabra a quienes no conocen de Dios y recibirlos en un ambiente moderno, contemporáneo que comunique las buenas nuevas a una generación diversa y multicultural.
Por otro lado, a pesar de que los hispano-latinos hablamos el mismo idioma, somos muy diferentes. Llegamos de muchos países, trayendo nuestra propia cultura, música, estilo de vida, formas de pensar, modismos, comida, formas de vestir. Todo esto puede ser muy distinto a lo que vemos aquí en nuestras iglesias. En un mundo donde la gente va y viene de una región a otra, moviéndose constantemente en busca de trabajo, siempre encontrará gente de otras culturas. Por tanto, es imprescindible conocer nuestras diferencias así como aprender a abrazarlas.
Considerando esta realidad, el pastor Eliud Martínez, de Crossville, Tennessee, cuenta sobre un taller que organizó en su iglesia para pastores inmigrantes de esta conferencia. Este es un taller del Módulo III del Plan Nacional que tiene como fin que los pastores inmigrantes aprendan a reconocer las distintas culturas del pueblo hispano-latino. Un excelente curso que ayuda a los pastores a reconocer, valorar y ministrar a grupos diferentes. Aprender sobre aquello que desconocemos hará posible acercarnos a otras personas para amarlos en Cristo, a pesar de las diferencias.
--Amanda M. Bachus, [email protected]
el Intérprete, septiembre-octubre, 2012