Hoy, me uno a mis colegas que representan varias tradiciones de fe para denunciar con firmeza el ataque generalizado del presidente Trump contra inmigrantes y refugiados/as. Las órdenes ejecutivas imprudentes y mal concebidas del presidente Trump dividirán a familias, impondrán una censura religiosa a los/as musulmanes/as que se enfrentan a una migración forzada, penalizarán a las comunidades que proveen santuario y apartarán a Estados Unidos de su vecinos. Estas acciones son costosas, innecesarias y profundamente antitéticas a nuestros valores de compasión, dignidad y justicia, para todos/as los/as individuos/as independientemente de su nacionalidad, afiliación religiosa o estado legal.
El testimonio bíblico es claro e inequívoco: los muros no son bíblicos; la hospitalidad es bíblica; negar al prójimo no es bíblico; acoger al extranjero es bíblico. No es sorprendente que el judaísmo, el cristianismo y el islam enseñen el reinado de Dios como un banquete al que todos los pueblos están invitados. Debemos dar la bienvenida al/a la extranjero/a, amar a nuestro prójimo y estar con los/as más vulnerables entre nosotros/as.
Estos mismos valores de nuestros textos sagrados y tradiciones de fe, se reflejan actualmente en el mandato del Programa de Admisión de Refugiados de los Estados Unidos y no deben ser usurpados por ninguna orden ejecutiva. Las órdenes, la legislación o las medidas administrativas que harían que el Departamento de Estado descalificara a los/as refugiados/as de la protección y el reasentamiento basados en su nacionalidad o religión son una negación de los principios en los que se basó esta nación, contradicen el legado de liderazgo que nuestro país ha ofrecido al mundo, y deshonrar nuestra humanidad compartida.
Jesús fue explícito en sus enseñanzas. En el Evangelio de Mateo Jesús dice: "El que te acoge, me recibe, y el que me recibe acoge al que me envió" (Mateo 10:40). Los/as refugiados/as y los/as inmigrantes llegan entre nosotros/as, no sólo con sus necesidades, sino también con dones con su energía, ingeniosidad, amor a la libertad y esperanza. Estos dones siempre han contribuido a la renovación de nuestra sociedad y de la iglesia.
Sobre todo, ellos y ellas nos traen a Cristo. Cuando damos la bienvenida a un/a extranjero/a, damos la bienvenida a Jesús, y cuando damos la bienvenida a Jesús, damos la bienvenida a nuestro creador. Los/as refugiados/as, los/as inmigrantes, los/as que anhelan ser libres, de ellos/as es que Jesús habló cuando dijo: "Yo era un extraño y me recibisteis" (Mateo 25:35).
Jesús dice repetidamente a sus discípulos: "Porque los que quieren salvar su vida la perderán, y los que pierdan su vida por causa de mí, la encontrarán" (Mateo 16:25). El idioma griego original es mucho más poético, poderoso y profético. En las traducciones más finas de la lengua griega, oímos a Jesús decir: "Quien quiera construir un muro alrededor de su alma la destruirá; Cualquiera que derribe la pared (alrededor de su alma) traerá su alma a un nacimiento vivo. "
El alma misma de nuestro país está en juego. Cuando abandonamos a un/a extranjero/a que está en riesgo de intolerancia, xenofobia y violencia, no sólo destruimos su esperanza, sino que destruimos nuestras propias almas. Cuando no ayudamos a los/as refugiados/as que huyen del peligro, no sólo los ponemos en peligro, sino que le hacemos daño a nuestras propias almas. Cuando construimos muros de hormigón, o muros de retórica divisiva, o muros de miedo, o paredes de políticas inmorales de inmigración, construimos un muro alrededor de nuestras propias almas.
Cristo nos llama a derribar las paredes alrededor de nuestras almas para que podamos vivir plenamente y en abundancia. Por lo tanto, pido a la administración de Trump y al Congreso de los Estados Unidos que rescindan las nocivas órdenes ejecutivas y salvaguarden el alma de nuestro país. Hago un llamado a la gente de La Iglesia Metodista Unida para que vean el rostro de Cristo en quien busca refugio y digan "no" al muro de nuestro país y nuestros corazones; y digan "sí" a su esperanza, nuestra esperanza, por una vida nueva. ¡Unámonos y trabajemos juntos/as para llevar renacimiento y vida a el alma de este país!
* El Obispo Bruce R. Ough es el líder episcopal residente del área Dakotas-Minnesota de La Iglesia Metodista Unida. Para ver la publicación original de esta declaración presione aquí.
**Michelle Maldonado es la Directora Asociada de Comunicaciones Hispano/Latinas de la IMU. Puede contactarle al (615)742-5775 o por el [email protected]