Dan R. Dick
26 de octubre, 2012 | UM Insight
Ninguno de nosotros vemos el mundo como es realmente, sino a través de filtros personales que crean una cosmovisión individual. Al encontrar a otras personas, nos adherimos más estrechamente a quienes comparten nuestra forma de ver el mundo. Esto crea una gloriosa gama de cosmovisiones subjetivas que abrazamos como si fueran una realidad objetiva. La verdad está allá afuera y cada uno de nosotros la roza pero ninguna es dueño de ella. A través de este efecto calidoscópico que polarizamos, politizamos y proyectamos. Crea el marco de la forma de pensar: "nosotros vs ellos", "izquierda vs derecha", "correcto vs incorrecto". Esto es lo que define la cultura moderna/postmoderna de principios del siglo XXI.
Algunos creen que las agencias tienen una agenda que empujan en contra de lo que desea el resto de la iglesia, que las agencias no honran lo que creemos. ¿Pero quiénes son los "ellos vs nosotros" de que se habla? En todos los años que he trabajado en la Junta General de Discipulado hemos presentado más de cien peticiones, resoluciones y propuestas a la Conferencia General. Ninguna se hizo en algún vacío desconectado de la iglesia.
El personal de la agencia y el directorio están en continuo contacto con individuos, conferencias y líderes de toda la iglesia. Una responsabilidad primaria es observar, escuchar y asociarse. A través de este contacto surgen temas que empiezan a dar forma a legislaciones sobre la base del consenso. Las ideas que no tienen un apoyo mayoritario mueren temprano. Las propuestas sobreviven a través de un proceso de retroceso y gran discusión y otras avanzan con la oposición de otras propuestas, al estilo yin y yang. Por ejemplo, nuestra propuesta sobre el asunto de la homosexualidad tenía un apoyo y oposición similar en número en cuanto a la inclusión o exclusión de homosexuales. Al final, lo que se adopta es la voluntad de la Conferencia General, compuesta de delegados de las iglesias y conferencias, no de la agencia.
Nuestros directorios y agencias trabajan con el liderazgo de la denominación, a todo nivel, para mejorar, cambiar, corregir, revisar el Libro de Disciplina, pero no pueden operar en forma independiente de la iglesia. Aquí no hay un "nosotros vs ellos". La Disciplina es el resultado de la participación de "todos", todo tiene que ver sólo con un "nosotros".
A través de los años, he tenido el privilegio de trabajar con Discipulado, Ministerios Globales, Comunicaciones, Iglesia y Sociedad, Finanzas y Administración, Casa de Publicaciones, Educación Superior, etc. Pueden decir con honestidad de que nadie está del todo satisfecho de todo el contenido de la Disciplina, pero todos y cada uno hacen todo lo que pueden para apoyar la doctrina de la iglesia y proveer los recursos para llevar a cabo la sabiduría colectiva de la Disciplina. No se concuerda con todo, pero todo se lleva a cabo con integridad.
La mayor parte de las quejas vienen de desinformación, ignorancia, prejuicio o de no aceptar lo que la denominación ha decidido. La mayoría de las críticas se pueden clasificar en una de las siguientes 5 quejas:
· No nos gusta cómo se usa el dinero
· Nos parece que no somos responsables de (inserte aquí un grupo de gente)
· No queremos que aceptemos-incluyamos a (inserte aquí algún grupo de gente)
· Nuestra lectura de la Biblia difiere de la lectura de la mayoría (en este momento de la historia)
· No debemos centrarnos en los no-cristianos, los pecadores o los que son diferentes que nosotros, nos pone incómodos, inseguros.
Estas quejas forman el 95% de las críticas contra las agencias.
Tenemos una estructura representativa de gobierno, no una democracia. El proceso legislativo de la estructura crea ganadores y perdedores. Es interesante notar que, en las últimas décadas, nos hemos inclinado a tomar acciones más bondadosas y compasivas de inclusión global, mientras que actuamos en forma más restrictiva para con los Estados Unidos. Aunque votamos liberales-progresistas, nos quejamos como conservadores-exclusionistas.
Lo que me saca de las casillas es que no se trata del gobierno de la mayoría, porque los extremos pelean apasionadamente, mientras que la mayoría es indiferente y desconectada. Estamos llegando a ser una denominación de los desinteresados. En los temas más conflictivos de la iglesia, entre un 54 y 64% de la membresía no se interesa en lo que se decida. Cualquiera que sea la doctrina o política que se apruebe, es aprobada por una pequeña parte de la iglesia sin un consenso del cuerpo entero. Se decide algo con votación de 3-2 y 10 abstenciones.
Si es verdad, como dijimos al principio, que vemos la realidad a través de filtros, ¿Cuándo vamos a operar más por gracia que por ley, por tolerancia que juicio? ¿Cuándo vamos a actuar con una apreciación más profunda de que trabajando juntos podemos hacer más que debatiendo constantemente?
26 de octubre, 2012 | UM Insight
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Algunos creen que las agencias tienen una agenda que empujan en contra de lo que desea el resto de la iglesia, que las agencias no honran lo que creemos. ¿Pero quiénes son los "ellos vs nosotros" de que se habla? En todos los años que he trabajado en la Junta General de Discipulado hemos presentado más de cien peticiones, resoluciones y propuestas a la Conferencia General. Ninguna se hizo en algún vacío desconectado de la iglesia.
El personal de la agencia y el directorio están en continuo contacto con individuos, conferencias y líderes de toda la iglesia. Una responsabilidad primaria es observar, escuchar y asociarse. A través de este contacto surgen temas que empiezan a dar forma a legislaciones sobre la base del consenso. Las ideas que no tienen un apoyo mayoritario mueren temprano. Las propuestas sobreviven a través de un proceso de retroceso y gran discusión y otras avanzan con la oposición de otras propuestas, al estilo yin y yang. Por ejemplo, nuestra propuesta sobre el asunto de la homosexualidad tenía un apoyo y oposición similar en número en cuanto a la inclusión o exclusión de homosexuales. Al final, lo que se adopta es la voluntad de la Conferencia General, compuesta de delegados de las iglesias y conferencias, no de la agencia.
Nuestros directorios y agencias trabajan con el liderazgo de la denominación, a todo nivel, para mejorar, cambiar, corregir, revisar el Libro de Disciplina, pero no pueden operar en forma independiente de la iglesia. Aquí no hay un "nosotros vs ellos". La Disciplina es el resultado de la participación de "todos", todo tiene que ver sólo con un "nosotros".
A través de los años, he tenido el privilegio de trabajar con Discipulado, Ministerios Globales, Comunicaciones, Iglesia y Sociedad, Finanzas y Administración, Casa de Publicaciones, Educación Superior, etc. Pueden decir con honestidad de que nadie está del todo satisfecho de todo el contenido de la Disciplina, pero todos y cada uno hacen todo lo que pueden para apoyar la doctrina de la iglesia y proveer los recursos para llevar a cabo la sabiduría colectiva de la Disciplina. No se concuerda con todo, pero todo se lleva a cabo con integridad.
La mayor parte de las quejas vienen de desinformación, ignorancia, prejuicio o de no aceptar lo que la denominación ha decidido. La mayoría de las críticas se pueden clasificar en una de las siguientes 5 quejas:
· No nos gusta cómo se usa el dinero
· Nos parece que no somos responsables de (inserte aquí un grupo de gente)
· No queremos que aceptemos-incluyamos a (inserte aquí algún grupo de gente)
· Nuestra lectura de la Biblia difiere de la lectura de la mayoría (en este momento de la historia)
· No debemos centrarnos en los no-cristianos, los pecadores o los que son diferentes que nosotros, nos pone incómodos, inseguros.
Estas quejas forman el 95% de las críticas contra las agencias.
Tenemos una estructura representativa de gobierno, no una democracia. El proceso legislativo de la estructura crea ganadores y perdedores. Es interesante notar que, en las últimas décadas, nos hemos inclinado a tomar acciones más bondadosas y compasivas de inclusión global, mientras que actuamos en forma más restrictiva para con los Estados Unidos. Aunque votamos liberales-progresistas, nos quejamos como conservadores-exclusionistas.
Lo que me saca de las casillas es que no se trata del gobierno de la mayoría, porque los extremos pelean apasionadamente, mientras que la mayoría es indiferente y desconectada. Estamos llegando a ser una denominación de los desinteresados. En los temas más conflictivos de la iglesia, entre un 54 y 64% de la membresía no se interesa en lo que se decida. Cualquiera que sea la doctrina o política que se apruebe, es aprobada por una pequeña parte de la iglesia sin un consenso del cuerpo entero. Se decide algo con votación de 3-2 y 10 abstenciones.
Si es verdad, como dijimos al principio, que vemos la realidad a través de filtros, ¿Cuándo vamos a operar más por gracia que por ley, por tolerancia que juicio? ¿Cuándo vamos a actuar con una apreciación más profunda de que trabajando juntos podemos hacer más que debatiendo constantemente?