Las puertas de St. Anna's Episcopal Church en la avenida Esplanade de Nueva Orleans están pintadas de un rojo fuerte como lo hacían las iglesias durante la edad media que ofrecían refugio a fugitivos de la ley. Las puertas rojas eran, y continúan siendo, señal de un lugar seguro, o lo que se está siendo denominado un santuario.
Honrando ese espíritu, St. Anna's es una de dos iglesias en la ciudad que se han declarado recientemente un santuario para personas que corren el riesgo de ser detenidas por las autoridades de inmigración.
Junto con la Iglesa Metodista Unida First Grace en Mid-City, St. Anna's se ha unido a un movimiento creciente en el país en el que instituciones religiosas y de educación se están declarando como refugios en respuesta a la política dura en cuando a inmigrantes de parte de la administración del presidente Trump.
St. Anna's históricamente ha estado muy involucrada con la comunidad Hispana. El padre William Terry dijo que después del huracán Katrina entre 120 y 150 estudiantes llegaban a la iglesia cada semana para estudiar inglés.
"Cuando ofrecíamos cursos en inglés, teníamos un mandato que en caso que hubiera un enfrentamiento con oficiales de inmigración, los estudiantes deberían entrar a la iglesia, cerrar las puertas con llave y llamar a los medios de información", explicó Terry, hablando en inglés. "Ofrecer santuario en este momento no es algo fuera de lo común para nosotros".
El movimiento ha crecido con fuerza a nivel nacional en respuesta a las detenciones de más de 21,000 inmigrantes entre enero y marzo de este año. Aproximadamente 5,441 de los detenidos no tenían antecedentes criminales, según un informe publicado por el Washington Post en abril. Estos datos fueron confirmados en mayo por Thomas Byrd, vocero del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE por sus siglas en inglés).
Hay más de 800 iglesias y congregaciones participando en el nuevo movimiento de santuario a nivel nacional. El movimiento también incluye más de 30 universidades en todo el país. Al declarar santuario a estos lugares, las entidades se comprometen a no entregar información sobre el estatus legal de las personas o a cooperar con agentes de inmigración, a menos que presenten una orden judicial.
Los miembros del consejo de la Iglesa Metodista Unida First Grace comenzaron a trabajar rápidamente para convertirse en una iglesia santuario pronto después de las elecciones presidenciales en noviembre.
La Iglesa Metodista Unida First Grace fué la primera congregación en la ciudad que se declaró públicamente como un santuario.
"Esta es nuestra congregación, son personas que conocemos, estamos hablando de nuestros amigos", explico el pastor Shawn Anglim de la Iglesa Metodista Unida First Grace, hablando en inglés. "Este es un asunto que afecta a las personas en First Grace".
Al declarar santuario a estas iglesias, también están descubriendo otras maneras de apoyar a la comunidad. Por ejemplo, el Congreso de Jornaleros, junto con otros activistas de la comunidad e iglesias, están acompañando a personas a sus citas en la oficina de ICE.
"Somos parte de la comunidad afectada", dijo Rivera, 42, un miembro del Congreso de Jornaleros que pidió ser identificada solo por su apellido por causa de su estatus legal.
El año pasado el esposo de Rivera entró a las oficinas de inmigración para acompañar a un amigo. Fue ahí que descubrió que tenía una orden de deportación en ausencia. El esposo consiguió discreción fiscal que le permite permanecer en el país con la venia de inmigración. En junio, la pareja tiene que volver a las oficinas de ICE para determinar si van a continuar bajo la discreción fiscal.
"El santuario no es necesariamente un espacio físico. El santuario también puede ser cualquier tipo de apoyo ofrecido por personas en la comunidad afectada," explico Rivera.
El nuevo movimiento de santuarios tiene raíces en la década de los 80s. Más de 150 congregaciones por todos los Estado Unidos comenzaron a ofrecer techo a inmigrantes indocumentados durante la administración de Ronald Reagan.
En ese tiempo ocurrieron dos crisis políticas en Centro América. Hubo una guerra civil en El Salvador entre el gobierno y las fuerzas armadas de izquierda. Al mismo tiempo el gobierno de los Estados Unidos comenzó a apoyar a los Contras en Nicaragua con el propósito de derrotar al gobierno Sandinista. La situación política en esos países creo una ola migratoria a los Estados Unidos. Miles de refugiados estaban escapando la guerra civil, abusos a los derechos humanos y la pobreza.
"Ocurrió un gran éxodo de esos países. Pero la administración de Reagan no les estaba ofreciendo estatus de refugiados. Se habría visto mal si hubiésemos aceptado personas que escapaban gobiernos con los cuales teníamos buenas relaciones", explicó Casey Love, hablando en inglés. Ella es profesora de ciencias políticas en Tulane University.
"Hay obvias similitudes entre lo que pasó en los 80s y lo que está ocurriendo ahora con la crisis humanitaria en Siria", dijo Love. "Es ver la repetición de la historia y como el gobierno decide cómo va a tratar a personas de ciertos países".
El movimiento actual del santuario también incluye escuelas y universidades. El abogado Bill Quigley ha estado asesorando congregaciones y escuelas jesuitas a través de su conexión con la Universidad Loyola en New Orleans sobre las potenciales trampas legales de declararse santuario en este clima político.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés) publicó un memorando en 2011 que clasifica a las escuelas, congregaciones religiosas y hospitales como lugares delicados. El memorando desalienta a los agentes de ICE a cumplir políticas de detención en estos lugares. Bajo la administración de Obama, personas con antecedentes criminales fueron considerados prioridades, sin embargo, los registros de ICE muestran que esto no siempre es así.
Con la excepción de ciertas circunstancias, los oficiales no deben tomar acciones para aplicar la ley en lugares delicados, explicó Thomas Byrd, vocero de ICE.
"La proximidad a un lugar delicado no prohíbe acciones legales cuando existe una necesidad inmediata", dijo Byrd, en un mensaje en inglés. "Lo que es importante recordar es que los miembros del público no deberían sentir que podrían ser detenidos simplemente por asistir a la escuela, ir a un hospital, a una iglesia o a un evento para ejercer su libertad de expresión".
Quigley explicó que la nueva administración podría cambiar esa política.
"Aunque no ha habido un crecimiento dramático que todos temían, hay un incremento constante de actividad para aplicar leyes migratorias y la impredecibilidad de estas normas también está subiendo", explico Quigley, hablando en inglés.
La única manera que ICE podría entrar en uno de estos lugares delicados sería con una orden judicial firmada por un juez. Sin esa orden ellos tienen que tener el permiso de alguien de la escuela, hogar, o iglesia para entrar, dijo Quigley.
Instituciones que se declaran santuarios corren un pequeño riesgo de ser acusados por albergar a personas que se encuentran ilegalmente en los Estados Unidos. En la decade de los ochenta, sólo hubo un caso en que trabajadores de una iglesia fueron acusados por proveer santuario, en una iglesia en Arizona en 1983. Ocho trabajadores de la iglesia fueron declarados culpables de cargos criminales y fueron puestos en libertad condicional durante cinco años.
"Creo que el último par de meses le han dado tiempo a la gente para entender las consecuencias y los riesgos. He representado a cientos de personas en actos de desobediencia civil basados en creencias espirituales", dijo Quigley. "Tengo respeto por las personas que desafían las leyes por motivos de conciencia".
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