“Dios en el Grafiti” es un proyecto de la Comisión General de Religión y Raza (GCORR) con sede en la Iglesia Metodista Unida La Plaza en Los Ángeles, California. Su presencia en la Conferencia General 2016 es auspiciada por la Comisión y por el Equipo de Trabajo sobre Inmigración integrado por un grupo multidisciplinario del personal de las agencias metodistas unidas.
La iniciativa de “Dios en el Grafiti” es una nueva perspectiva de símbolos religiosos en el arte de la calle, que provee un espacio abierto para facilitar conversaciones con jóvenes y jóvenes adultos artistas, para hablar con el publico sobre tópicos que afectan la comunidad.
La Revda. Vilma Cruz, pastora en la IMU La Plaza y líder de “Dios en el Grafiti”, dice que a través de la iniciativa, jóvenes de la comunidad que no asisten a la IMU, están practicando teología por medio de su arte aunque no se den cuenta. El programa ha descubierto que los/as jóvenes están mas dispuestos/as a entrar al santuario de la iglesia y hablar de Dios si son invitados/as por medio de su pasión artística.
Hasta ahora, “Dios en el Grafiti” a abierto las puertas para tener diálogos con los/as jóvenes acerca de tópicos como religión, pobreza, igualdad de raza y género, la cultura urbana, gangas (pandillas), espiritualidad y más recientemente la migración global.
La Revda. Cruz dice que las pinturas se exponen en diferentes iglesias y lugares para abrir más espacios de diálogo con jóvenes y sus comunidades. En los últimos días, los cuadros, y sus artistas, se han estado exhibiendo en la Conferencia General 2016, gracias a la ayuda de la Obispa Minerva Carcaño. Las pinturas reflejan el tópico de la migración global y la crisis de los refugiados.
“[Cuando era más joven] me fascinaba ver el arte del grafiti y los murales. Era algo que quería hacer,” dijo Jessie Castillo, un joven artista de California exponiendo sus cuadros en la Conferencia General.
Castillo paso cinco años pintando grafiti en paredes, autobuses, avenidas y trenes. A la edad de 16 años, él y su hermana pequeña fueron colocados en un orfanatorio. “Yo fui colocado [en el sistema] dos veces en mi vida. El grafiti me ayudó a escapar de esa disfuncionalidad que había en mi casa, y me ayudo a descubrir quien yo soy porque era como una terapia”, dijo Castillo.
A la edad de 18 años, salió del orfanatorio y comenzó a vivir por su cuenta. Fue entonces que se dio cuenta de que tenía talento como artista. “Me percaté de que no podía pasar toda la noche afuera esforzándome sin que mi trabajo fuese reconocido. Ahí fue cuando comencé a pintar en cuadros,” dijo Castillo.
Castillo dice que fue una transición para el porque estaba acostumbrado a pintar en un formato más grandes y le tomó alrededor tiempo para descubrir su estilo. “Después de un año pintando en cuadros, participé en mi primera exhibición de grupo y vi el arte desde una perspectiva diferente, porque pude apreciar otros tipos de arte,” agregó Castillo.
El arte ha tenido un impacto profundo en Castillo, por lo cual ahora se dedica a pintar cuadros y desarrollar formas de comunicar y expresar sus emociones en la pintura. “Quiero que mi arte sea apreciado por todos/as, no sólo por otros/as ‘grafiteros/as’. Le agradezco a Dios por darme este regalo”
Para mas información acerca de Dios en el Grafiti visite el enlace: www.calpacumc.org/graffiti
* Michelle Maldonado es la Directora Asociada de Comunicaciones Hispano/Latinas de la IMU. Puede contactarle al (615)742-5775 o por el [email protected]