Hace unas semanas tuve el honor de predicar en la Iglesia Metodista Unida (IMU) St. Andrew en la ciudad de Titusville en la región de la “Costa Espacial” de la Florida. Su pastor es Mark Charles, natural de Irlanda del Norte y es una gran bendición para nosotros. Una de sus miembros es Rachael Sumner, líder laica asociada de la conferencia, que fue elegida como delegada laica a la Conferencia General en Portland.
La lectura del evangelio que correspondía al leccionario era la de Juan 21 (texto que sería la base de mi predicación), el cual describe el momento cuando Jesús se apareció en las orillas del mar de Tiberias; cuando los discípulos pescaron toda la noche y no capturaban nada; a continuación, la gran cantidad de peces que pescaron, su desayuno juntos y después las preguntas de Jesús a Pedro: "¿Me amas?, ¿me amas?, ¿me amas?" Y al final, sus órdenes: “Apacienta mis ovejas y sígueme".
Me encanta este pasaje. Mark también me había dicho que Hechos 9: 1-19 seria leído en el servicio y que sería parte del sermón de los/as niños/as. El me preguntó, "¿podrían los/as niños/as, como parte de ese tiempo, orar por ti, por Rachael y su trabajo en la Conferencia General?... Esto sería ideal", le contesté.
Para ser honesto, no estaba muy preparado para lo que en realidad significaría para mí. Mientras Mark oraba por la Conferencia General, por Rachael y por mí, ambos arrodillados en el altar rodeados de niños/as, sentí el poder y la presencia del Espíritu Santo; era una realidad tangible cuando las manos de los/as niños/as se posaron en mis hombros y sobre mi cabeza.
Dos poderosos pensamientos surgieron en mi mente: he tenido el privilegio sagrado de poner mis manos sobre mujeres y hombres para ordenarlos en el diaconado y el pastorado. Aquí la experiencia fue a la inversa. Los/as niños/as fueron los que me bendijeron y la presencia del Espíritu Santo fue un regalo de Dios para mí a través del contacto de sus manos.
Por otra parte, reconocí que el trabajo que estaré haciendo durante la Conferencia General, en Portland, será histórico en el sentido de que sería para estos/as niños/as. Nuestro trabajo no es para nosotros ni para cualquier preferencia personal o política que podamos tener. Escuchemos la guía de Isaías 61 y Lucas 4 para reconocer el fruto (Gálatas 5) del Espíritu Santo. La iglesia no nos pertenece a nosotros, sólo la lideramos por un tiempo; la iglesia nos guía al reino de los cielos, el reino de Dios y a menos que seamos como niños/as, no entraremos a él.
Rachael y yo fuimos comisionados por niños/as que no tienen poder político o voto, pero que dependen de las decisiones de la conferencia. Ese día viajé dos horas para compartir la palabra con una iglesia local cuando en realidad había mensajeros preparándose para compartir un mensaje conmigo y orar por mí. Hay un futuro con esperanza.
*Ken Carter es el obispo de la Conferencia Anual de la Florida. Para más información acerca de Carter o el artículo, visite el enlace: http://www.flumc.org/blogdetail/unless-you-become-like-children-preparing-for-general-conference-4547354
** Michelle Maldonado es la Directora Asociada de Comunicaciones Hispano/Latinas de la IMU. Puede contactarle al (615)742-5775 o por el [email protected]