Por Amanda M. Bachus*
Familiares tratan de conectarse a través de la cerca que los separa. Fotos UMNS por Mike DuBose.
Para los reverendos Saúl Montiel y John Fanestil es una rutina de domingo por la mañana partir en dos un molde de pan, dividir en dos una botella de jugo de uva y llevar estos elementos, uno a la zona fronteriza de San Isidro, y el otro a Tijuana, a fin de celebrar juntos un breve servicio religioso, que ellos llaman la Iglesia sin Fronteras, donde imparten la Comunión junto al muro que separa a los Estados Unidos y México.
Ambos caminan a la zona donde se encuentra la valla fronteriza que no sólo divide una playa, sino a dos países, dos culturas y dos ciudades. En San Isidro, California, zona de la línea fronteriza al sur de San Diego, se pueden ver 3 barreras o muros dentro de los Estados Unidos. Allí se encuentra el parque estatal Border Field, también llamado "Parque de la Amistad". Esta zona siempre está vigilada por cámaras, guardias y la patrulla fronteriza. Por otra parte, "El Faro" es el parque de Tijuana, en el lado mexicano.
Los dos pastores dan la Comunión a personas y familiares que llegan a los dos lados de la valla. No es sólo una obra misionera sino un acto de justicia, dicen ellos. Oran, bendicen el pan y el vino, y lo parten para ofrecerlo a los presentes. Juntos, uno en México y otro en Estados Unidos, levantan sus manos, tocan la malla metálica y elevan los elementos. Oran para que un día, las familias divididas por las deportaciones puedan finalmente reunirse y dejen de verse a través de un muro metálico que los separa.
Saul Montiel es presbítero ordenado y en plena conexión, miembro de la Conferencia Desierto Suroeste de la IMU. Sirve como misionero del Plan Nacional para el Ministerio Hispano/Latino, asignado para trabajar en el área fronteriza. Montiel va y viene entre las dos ciudades. Se dedica a desarrollar programas misioneros y trabaja junto a otras entidades metodistas unidas y ecuménicas que realizan labor de ayuda en el área, especialmente en el lado mexicano. Colabora, atiende y ministra a los deportados que deambulan por Tijuana. También distribuye comida y pequeños paquetes de aseo y salud que UMCOR provee. Junto a otros metodistas unidos y entidades ecuménicas en la frontera, distribuye comida a más de 500 personas deportadas y sin hogar que se congregan en el Bordo, sitio donde la gente espera por ayuda, trabajo o viven con la esperanza de volver a cruzar al otro lado.
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El sueño de Saúl es levantar un albergue metodista para suplir alivio y techo a los niños que fueron deportados y que se encuentran sin familia.
Saúl nació en México y obtuvo una licenciatura en teología del Seminario Teológico Latinoamericano y otra licenciatura en administración y liderazgo de la universidad Vanguardia, Costa Mesa, California. Recibió una maestría en educación de la Universidad de Phoenix y obtuvo una maestría en divinidades en la Escuela de Teología Claremont.
Saúl está orgulloso de ser metodista porque se enamoró del concepto de la Santidad Social y el concepto de Gracia que son únicos en la Iglesia Metodista Unida. El concepto de la gracia es una manera única que tenemos para poder expresar el amor de Dios pues nos llama a aceptar a las personas tal como son. Estos conceptos le impulsan a involucrarse en obras de justicia social. Siente que llevar un mensaje de justicia social a todas las comunidades es excepcional.
John Fanestil es director ejecutivo del programa Foundation for Change, (Fundación para el cambio), entidad independiente que otorga fondos a pequeñas empresas y organizaciones de servicio social que trabajan con grupos laborales, trabajadores agrícolas y migrantes en San Diego.
John siente que ha sido llamado a trabajar fuera de las paredes de la iglesia para realizar una obra de justicia social. No solo provee subvenciones a entidades benéficas y asociaciones de inmigrantes que aspiran a mejores condiciones de vida y mejor vivienda, como el proyecto de casas saludables, donde las mujeres son capacitadas como promotoras para establecer mejores condiciones en las viviendas que alquilan. También apoya a la Asociación de Trabajadores Jornaleros, quienes pueden organizarse y recibir orientación para conocer sus derechos, confrontar a empleadores inescrupulosos y reclamar pago justo por su trabajo. Provee apoyo logístico y educativo. Colabora con estos grupos en la organización y capacitación de líderes por medio de talleres en áreas de liderazgo para que puedan llegar a ser defensores efectivos de su comunidad.
John nació y creció en La Jolla, California. Se graduó con honores de Dartmouth College. Fue galardonado con el Premio de Salvador Allende a la excelencia por sus estudios sobre América Latina. Siguió sus estudios superiores en la Universidad de Oxford, donde asistió como becario del programa Rhodes. En 1985 obtuvo un grado en Filosofía, Política y Economía con un énfasis en la política de países en desarrollo.
Desde 1986, trabajó con organizaciones en pro de la paz y la justicia en América Central. Allí sintió el llamado a seguir el ministerio ordenado. Sus viajes y experiencia lo llevaron a creer que la iglesia podría hacer un cambio real en el mundo. En 1992, obtuvo una Maestría en Divinidad de la Escuela de Teología Claremont, donde recibió el premio presidencial por excelencia académica.
John Fanestil sirvió como pastor en la Iglesia Metodista Unida, en el sur de California por 15 años. Sirvió congregaciones de inmigrantes primordialmente. En 2007 comenzó como Director Ejecutivo de la organización Foundation for Change con sede en San Diego.
Lea más sobre estos ministerios en Intérprete Online, www.umc.org/espanol
--Amanda M. Bachus, [email protected]
el Intérprete, enero-febrero, 2013