30 de septiembre, 2011 | Rethink Church
Muchos visitantes toman decisiones antes que el servicio dominical haya empezado. En pocos minutos, el visitante decidirá si la congregación es amistosa. La congregación tiene una breve oportunidad para comunicar su identidad y dar la bienvenida.
Antes de recibir al visitante en nuestra "sala" de la congregación, es importante pensar en el panorama total: Si logramos atraer a estas personas para que se nos unan, ¿cómo cambiaremos como cuerpo de Cristo?
Por ejemplo, queremos atraer a adultos jóvenes, que son el puente de la iglesia de hoy con la del futuro. Sabemos que estos jóvenes adultos quieren ser parte activa en cualquier organización a la que se unen. No quieren hacer algo sólo porque siempre se ha hecho así. Recibirlos significa recibir a gente con nuevas opciones y dones para compartir. Esto significa un cambio en la congregación.
Dar la bienvenida a la gente nueva significa iniciar relaciones con gente que llegará a ser parte de nuestra familia. Nuestro ministerio de bienvenida empieza colocando un buen fundamento para atraer a la gente y animarla a volver. Significa saber qué hacer cuando se hagan parte de la familia.
Una variedad de visitas
Es bueno saber qué tipos de visitantes la iglesia podría recibir, para tener una idea de lo que buscan.
Los desilusionados
Estos son los que buscan "una iglesia que sea mejor". Su iglesia será lo que buscan o simplemente se irán a otro lado. La decisión sobre si volverán a visitar su iglesia está basada en este criterio: andan en busca de una iglesia mejor que la anterior.
Los invitados
Estas son personas que visitan la iglesia porque alguien que los conoce los invitó. Es posible que no estén buscando una iglesia, pero podrían encontrar en su iglesia alguna razón para volver y quedarse.
Los buscadores
Este grupo anda en busca de algo espiritual. Buscan gente real con sonrisas genuinas. Están en busca de respuestas auténticas.
Los errantes
Estos son los que van de iglesia en iglesia. Les gusta conocer nueva gente y conectarse en una red de amistades. Otros son transitorios, moviéndose a la siguiente congregación cuando algo no les gusta. Algunas veces la conducta errante se debe a que su empleo los fuerza a viajar de un lugar a otro.
Los que echan raíces
Algunos visitantes buscan echar raíces en algún lugar, buscan un lugar donde establecerse en forma estable. Cuando se mueven a un nuevo vecindario o ciudad, buscan un lugar donde servir.
Es muy útil saber de estos tipos de visitantes. Entender lo que diferentes visitantes buscan puede ayudarnos a conocer sus necesidades y a determinar si nuestra congregación es lo mejor para ellos o no.
Iglesias que realmente dan la bienvenida
Todas las iglesias tienen letreros o boletines que dice: "Te invitamos a quedarte con nosotros", o "te damos la bienvenida", etc. Si los visitantes encajan en la cultura que la iglesia tiene en ese momento, se quedarán. De otra forma, se van a otra parte.
Algunas iglesias dan la bienvenida a la diversidad porque creen que deben hacerlo. Este modelo parecería algo excelente, pero si la congregación no recibe también los rituales y costumbres de diferentes nacionalidades, eventualmente los visitantes saldrán por la puerta para no volver.
Para tener éxito con la diversidad, las iglesias deben transformarse. Esto significa dar la bienvenida a los visitantes junto con sus dones y cultura singulares. Este tipo de congregación acepta nuevas ideas y no tienen miedo de cambiar la cultura de su congregación y comunidad.
Lo que se debe hacer
Es bueno saber cuál es nuestra identidad como un cuerpo local de creyentes en medio de una comunidad más amplia. No obstante, si deseamos crecer, si creemos que esto es parte de nuestro llamamiento, debemos estar dispuestos a cambiar a medida que nuestra membresía cambia. Ministerios que jamás imaginamos podrían estar listos para empezar gracias a nuevos voluntarios o ideas. Discusiones que nunca tuvimos podrían empezar a darse en los pasillos. Ideas y costumbres que nunca fueron desafiadas podrían empezar a ser cuestionadas. Los roles de liderazgo podrían empezar a cambiar. Al considerar cómo dar la bienvenida a las visitas, incluso hay que reconsiderar el sistema completo de incorporación que se tiene para asimilar a la gente nueva, a fin de determinar cómo servirles mejor.
Cuando se piensa en dar una buena impresión a los que visitan la iglesia, la gente piensa en personas que den la bienvenida en forma cordial, en un buen letrero, en un folleto con buena información, en baños limpios y guarderías para bebés bien equipadas. Todo eso es importantísimo, pero&ellipsis;
Muchos visitantes toman decisiones antes que el servicio dominical haya empezado. En pocos minutos, el visitante decidirá si la congregación es amistosa. La congregación tiene una breve oportunidad para comunicar su identidad y dar la bienvenida.
Antes de recibir al visitante en nuestra "sala" de la congregación, es importante pensar en el panorama total: Si logramos atraer a estas personas para que se nos unan, ¿cómo cambiaremos como cuerpo de Cristo?
Por ejemplo, queremos atraer a adultos jóvenes, que son el puente de la iglesia de hoy con la del futuro. Sabemos que estos jóvenes adultos quieren ser parte activa en cualquier organización a la que se unen. No quieren hacer algo sólo porque siempre se ha hecho así. Recibirlos significa recibir a gente con nuevas opciones y dones para compartir. Esto significa un cambio en la congregación.
Dar la bienvenida a la gente nueva significa iniciar relaciones con gente que llegará a ser parte de nuestra familia. Nuestro ministerio de bienvenida empieza colocando un buen fundamento para atraer a la gente y animarla a volver. Significa saber qué hacer cuando se hagan parte de la familia.
Una variedad de visitas
Es bueno saber qué tipos de visitantes la iglesia podría recibir, para tener una idea de lo que buscan.
Los desilusionados
Estos son los que buscan "una iglesia que sea mejor". Su iglesia será lo que buscan o simplemente se irán a otro lado. La decisión sobre si volverán a visitar su iglesia está basada en este criterio: andan en busca de una iglesia mejor que la anterior.
Los invitados
Estas son personas que visitan la iglesia porque alguien que los conoce los invitó. Es posible que no estén buscando una iglesia, pero podrían encontrar en su iglesia alguna razón para volver y quedarse.
Los buscadores
Este grupo anda en busca de algo espiritual. Buscan gente real con sonrisas genuinas. Están en busca de respuestas auténticas.
Los errantes
Estos son los que van de iglesia en iglesia. Les gusta conocer nueva gente y conectarse en una red de amistades. Otros son transitorios, moviéndose a la siguiente congregación cuando algo no les gusta. Algunas veces la conducta errante se debe a que su empleo los fuerza a viajar de un lugar a otro.
Los que echan raíces
Algunos visitantes buscan echar raíces en algún lugar, buscan un lugar donde establecerse en forma estable. Cuando se mueven a un nuevo vecindario o ciudad, buscan un lugar donde servir.
Es muy útil saber de estos tipos de visitantes. Entender lo que diferentes visitantes buscan puede ayudarnos a conocer sus necesidades y a determinar si nuestra congregación es lo mejor para ellos o no.
Iglesias que realmente dan la bienvenida
Todas las iglesias tienen letreros o boletines que dice: "Te invitamos a quedarte con nosotros", o "te damos la bienvenida", etc. Si los visitantes encajan en la cultura que la iglesia tiene en ese momento, se quedarán. De otra forma, se van a otra parte.
Algunas iglesias dan la bienvenida a la diversidad porque creen que deben hacerlo. Este modelo parecería algo excelente, pero si la congregación no recibe también los rituales y costumbres de diferentes nacionalidades, eventualmente los visitantes saldrán por la puerta para no volver.
Para tener éxito con la diversidad, las iglesias deben transformarse. Esto significa dar la bienvenida a los visitantes junto con sus dones y cultura singulares. Este tipo de congregación acepta nuevas ideas y no tienen miedo de cambiar la cultura de su congregación y comunidad.
Lo que se debe hacer
Es bueno saber cuál es nuestra identidad como un cuerpo local de creyentes en medio de una comunidad más amplia. No obstante, si deseamos crecer, si creemos que esto es parte de nuestro llamamiento, debemos estar dispuestos a cambiar a medida que nuestra membresía cambia. Ministerios que jamás imaginamos podrían estar listos para empezar gracias a nuevos voluntarios o ideas. Discusiones que nunca tuvimos podrían empezar a darse en los pasillos. Ideas y costumbres que nunca fueron desafiadas podrían empezar a ser cuestionadas. Los roles de liderazgo podrían empezar a cambiar. Al considerar cómo dar la bienvenida a las visitas, incluso hay que reconsiderar el sistema completo de incorporación que se tiene para asimilar a la gente nueva, a fin de determinar cómo servirles mejor.